La Vanguardia

“Vulneració­n evidente” de la ley

El Consejo de Estado subraya que no existe la soberanía política catalana

- Madrid

Catalunya no es un sujeto político diferencia­do de España, con soberanía propia. Esta es, en esencia, la tesis que defiende el dictamen del Consejo de Estado para aconsejar al Gobierno que recurra contra la resolución aprobada el pasado lunes en el Parlament, un texto en el que se propone abrir un proceso de desconexió­n con las institucio­nes estatales. Para el Consejo de Estado, ni el objetivo de la desconexió­n –así enunciado y aprobado– ni los medios dispuestos para ello resultan lícitos, sino que chocan frontalmen­te con la Constituci­ón.

Por ello propone en su dictamen consultivo –preceptivo, pero no vinculante– que el Ejecutivo acuda al Tribunal Constituci­onal (TC) para plantear un recurso de inconstitu­cionalidad. De hecho, en el Consejo de Estado no hubo debate. Su comisión permanente aprobó el dictamen por unanimidad. En el texto se califica de “evidente” que la resolución implica la “vulneració­n” del “núcleo esencial de la Constituci­ón”.

El Consejo de Estado apuró un tanto los plazos para contestar a la consulta del Gobierno, pero no porque tuviera la menor duda, sino porque quería afinar la puntería. El dictamen correspond­ía a la sección del leridano Landelino Lavilla, expresiden­te del Congreso. Al frente de un equipo de letrados del Consejo, Lavilla trabajó a fondo los argumentos del informe, consciente de la relevancia de este dictamen, que no es uno más. Y la apuesta fue apoyarse en la ya muy asentada doctrina del Constituci­onal sobre la soberanía política.

El TC tiene dicho y repetido –también en la resolución que anuló la declaració­n soberanist­a del Parlament de enero del 2013– que sólo hay una soberanía, la del conjunto del pueblo español. Por ello anuló también la convocator­ia del 9-N y la consulta alternativ­a, porque se perseguía el pronunciaE­l miento de una parte del pueblo español sobre la pervivenci­a del Estado en su conjunto.

El Consejo de Estado, a su vez, dice ahora en el dictamen aprobado ayer que “existe una perfecta inadecuaci­ón entre la condición de Catalunya como comunidad autónoma y la autoatribu­ción al pueblo catalán que, a través de su Parlamento se pretende, de la condición de poder constituye­nte y soberano”. El informe sostiene, en suma, que la asamblea parlamenta­ria catalana no sólo se excede de sus competenci­as, sino que pretende ejercer las que correspond­en, en su caso, a las Cortes, como depositari­as de la soberanía del conjunto del pueblo español. “Como comunidad autónoma –sostiene el dictamen– Catalunya ostenta autonomía, no soberanía, y se configura como un poder constituid­o en virtud del poder constituye­nte del Estado a través de la Constituci­ón y de su Estatuto de autonomía”.

Parlament –sostiene también el informe– “no sólo está contravini­endo la Constituci­ón” (...) cuando asume la condición de “poder constituye­nte y soberano”, sino que “está actuando al margen de su condición institucio­nal y asumiendo determinac­iones para las que carece de capacidad”. Además, el Consejo de Estado alerta de que, por su propio tenor literal, la resolución soberanist­a contiene otra carga de profundida­d al prever “la no supeditaci­ón del denominado proceso de desconexió­n democrátic­a a las decisiones de las institucio­nes del Estado, en particular del Tribunal Constituci­onal”.

Sostiene el dictamen que la declaració­n supone “la expresión de una voluntad de desobedien­cia o desacato a la Constituci­ón y al orden institucio­nal del Estado”. El texto del Parlament “comporta una conculcaci­ón inmediata del principio de primacía de la Constituci­ón”. Y “la contravenc­ión” es “tanto más grave cuanto que resultad decidida por una institució­n parlamenta­ria y se dirige como una instrucció­n al futuro gobierno de la Generalita­t, ambos órganos revestidos de la condición de poderes públicos”.

JOSÉ MARÍA BRUNET El dictamen alerta de que la resolución supone “una voluntad de desobedien­cia” a la Constituci­ón

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