Las nuevas estrellas del fútbol
ALÈXIA PUTELLAS, DESIGNADA MEJOR FUTBOLISTA CATALANA, SIMBOLIZA EL AUGE DE UN DEPORTE QUE DURANTE DÉCADAS FUE PROSCRITO EN ESPAÑA, PAÍS QUE AHORA DISPONE DE 40.000 PRACTICANTES Y EXPORTA TALENTO. PERO ALÈXIA, ATACANTE DEL BARÇA, EL PRIMER EQUIPO PROFESIONAL, NO PIENSA EN EMIGRAR
En uno de los países más apasionadamente balompédicos del mundo el fútbol femenino ha sido una actividad tradicionalmente proscrita. “Eso que juegan las mujeres con un balón no es fútbol. Es una parodia o una representación bufa, pero nunca el deporte por todos conocido. La mujer no reúne las condiciones para este deporte duro, de contactos directos, potencia, resistencia y lesiones frecuentes. Una de las facetas más características del fútbol es su dureza, su violencia incluso, tan desacordes con el sexo femenino”. La realidad ha archivado esta tesis difundida por el doctor Echevarren, médico de la Real Sociedad, en 1973. Entre el 2003 y el 2013 la cifra de mujeres federadas en España pasó de 11.300 a 40.606 y, según datos de la FIFA, unos 26 millones de mujeres juegan a fútbol de forma regular en 180 países de todo el mundo. Alèxia Putellas (Mollet del Vallès, 1994) es una de ellas. Pero no una cualquiera. La delantera y centrocampista del FC Barcelona ha sido recientemente galardonada como mejor futbolista catalana del año –el premio masculino correspondió a Gerard Piqué–. Unos días antes de la gala había marcado cuatro goles contra el Albacete. ¿Imaginan el revuelo de este póquer si hubiera llevado la firma de un hombre?
“Somos conscientes de que no tenemos la misma repercusión que el fútbol masculino, pero estamos trabajando para llegar”, dice Alexia sin resignación y con el orgullo de formar parte de un proyecto pionero. El Barça es, desde esta temporada, el primer equipo femenino profesional de España. “Esto supone un cambio de vida, sí, porque el fútbol se ha convertido en tu trabajo y tienes que dedicarle más horas, y no, porque desde pequeña he sentido la misma pasión por este deporte”. Miembro de una familia más aficionada al baloncesto, en el patio del colegio Alexia se aferró al fútbol, destacó, y ya no lo soltó.
Ahora su rutina laboral no parece muy distinta a la de, por ejemplo, Iniesta, uno de los jugadores a los que más admira. Cinco o seis días de entrenamiento por semana. “Llegamos a la ciudad deportiva y nos pesamos. desayunamos en la Masia y después hacemos entrenamiento, gimnasio, nos duchamos y comemos en la Masia”. Por las tardes Alexia intenta progresar en sus estudios empresariales. “Casi no tienes tiempo con los viajes, las concentraciones... pero lo sacas de donde puedes”, explica. Su buena memoria, que le permite recordar con detalle todos sus goles, es una inestimable cualidad a la hora de cambiar la pelota por el libro. Se siente una privilegiada: “Con el Barça estamos ganando y compitiendo al máximo nivel y mi aspiración es seguir haciéndolo hasta poder disputar y ganar una final de la Champions”.
Desde que Xavi Llorens se hizo cargo del banquillo hace cuatro años, el equipo se ha adjudicado cuatro ligas, dos Copas de la Reina y ha alzado la voz en Europa. El pasado miércoles se clasificó por segunda vez para los cuartos de final de la Champions al eliminar al Twente en el Miniestadi. 15.000 personas habían atestado el estadio del conjunto holandés en el encuentro de ida. El campo del Barça registró un récord de 3.219 aficionados cuando difícilmente rebasa el medio millar en los partidos del femenino. “Es un tema social –razona Llorens–. ¿El deporte femenino qué importancia tiene en nuestro país? Sólo hay que ver los Juegos Olímpicos: una chica gana una medalla y al cabo de una semana ya está olvidado. No sólo ocurre con el fútbol, también con los otros deportes”. El Barcelona se va aproximando al sueño de Alèxia Putellas de levantar la Champions, pero compite en inferioridad de condiciones. “En Alemania, Francia o Suecia las jugadoras son profesionales desde hace mucho tiempo. Nosotros llevamos diez años de retraso”.
Así, como en tantos otros terrenos, España se ha convertido en exportador de talentos. Es difícil resistirse a la tentación en forma de ficha de 300.000 euros anuales, y el mismo Barça ha sufrido las bajas de sus figuras, pero no es el dinero la única explicación al éxodo masivo de chicas futbolistas. “Cuando lo ganas todo en el mismo sitio quieres cambiar tus metas y yo entiendo que tengan metas, aunque nuestro proyecto es importante y económicamente iremos creciendo –argumenta Llorens–. No se van sólo por temas económicos, hay muchas situaciones personales, la ambición de jugar en campos llenos contra rivales importantes”.
La referencia del fútbol femenino europeo está en Alemania, con una media de 2.000 espectadores por partido, equipos de calidad y cobertura mediática.En el último Mundial, disputado el pasado verano y en el que debutó la selección española, el partido entre las anfitrionas e Inglaterra reunió a 54.027 espectadores en Vancouver. La final registró en EE.UU. una audiencia televisiva de 25,4 millones de espectadores, superior a las de las finales de la NBA. “Estamos creciendo. La TV y los patrocinadores tienen una oportunidad muy buena de meterse en este mundo”, concluye Llorens. Y Alexia no quiere vivirlo desde el extranjero: “De momento sólo pienso en el Barça, es mi equipo”.