La mitad de los catalanes quiere nuevas elecciones como solución
El independentismo podría perder la mayoría absoluta en unos nuevos comicios Casi un 50% cree que Mas debería buscar un pacto con los no soberanistas La reforma de la Constitución se impone claramente como la vía preferida El rechazo a la independencia ga
¿Votaría usted lo mismo que hace dos meses con lo que sabe ahora? Es decir, ¿escogería hoy la misma papeleta que el 27-S sabiendo que 60 días después iba a encontrarse con un presidente y un Govern en funciones, una investidura en el alero y un Parlament que aprueba resoluciones de incierto recorrido? Pues bien, la respuesta a esa pregunta imposible es sí y no, como se verá más adelante. De hecho, y ante la situación de punto muerto que vive la política catalana, La Vanguardia ha encargado un sondeo a Feedback con el objetivo de conocer las preferencias de los catalanes para salir de esa situación de estancamiento, y la respuesta
Casi el 60% cree que Junts pel Sí y la CUP llegarán a un acuerdo antes del 10 de enero Cerca del 40% de los votantes de Mas y el 82% de los de Unió opta por volver a las urnas Un 33% del electorado de JxSí quiere que el president negocie con fuerzas no soberanistas
más llamativa es que prácticamente la mitad de los ciudadanos de Catalunya prefiere ir de nuevo a las urnas con tal de resolver cuanto antes la parálisis que afecta a la política catalana.
Concretamente, un 49,5% de los encuestados por Feedback apuesta por “resolver la actual situación con nuevas elecciones al Parlament en marzo”, mientras que menos del 45% rechaza esa salida. Pero lo significativo de esa respuesta es que casi un 40% de los votantes de la coalición ganadora, Junts pel Sí, se inclina por convocar nuevas elecciones en marzo para resolver la actual situación. Y en el caso de los electores de la CUP, el porcentaje de partidarios de repetir los comicios roza el 43%.
Naturalmente, la tasa de ciudadanos a favor de convocar unos nuevos comicios crece entre los votantes de las formaciones con-
trarias al proceso soberanista, ya que alcanza al 53% entre los del PSC, se acerca al 60% entre los del PP, roza el 65% entre los de Ciutadans y supera el 82% entre los de Unió. De hecho, entre aquellas personas que apoyaron a CiU en las elecciones generales de hace cuatro año, los partidarios de repetir los comicios se imponen claramente, pues suman el 54%.
La paradoja de que una mayoría tan nutrida apueste por convocar nuevas elecciones apenas dos meses después de haber celebrado las anteriores podría encontrarse en la mayoritaria convicción (que alcanza al 58% de los consultados) sobre las posibilidades de un efectivo acuerdo entre JxSí y la CUP para la investidura de Artur Mas antes del plazo máximo, que expira el 10 de enero. Un acuerdo que, como se explica en la página siguiente, suscita un amplio rechazo en la sociedad catalana, con más del 65% de los encuestados en contra. En cualquier caso, los votantes de la candidatura que encabezaba Raül Romeva se muestran muy optimistas (casi un 74% confía en que habrá acuerdo, aunque uno de cada cinco no), mientras que entre los de la CUP únicamente algo más del 53% espera que haya acuerdo, frente a un 40% que lo descarta (aunque la cifra de electores de la formación anticapitalista que rechaza investir al actual presidente en funciones supera el 60%).
En realidad, casi el 50% de los consultados considera que Artur Mas debería “explorar acuerdos con otras fuerzas independentistas antes de convocar nuevas elecciones”. Y lo más importante: hasta un tercio de los votantes de JxSí y uno de cada cinco electores de la CUP apoyan esta opción, cuyo respaldo alcanza a la mitad de quienes votaron a Catalunya Sí que es Pot, roza el 57% entre los que apoyaron al PP y supera el 65% entre los partidarios del PSC o C’s(y alcanza al 90% entre quienes optaron el 27-S por Unió). En cambio, la opción de investir a Raül Romeva como presidente en sustitución de Mas divide a los catalanes en dos mitades casi iguales (un 45% a favor y un 44% en contra), aunque el 60% de los electores de JxSí, el 86% de los de la CUP y el 49% de los de ICV aceptarían esta candidatura.
La otra sorpresa del sondeo la arrojaría el pronóstico electoral en el caso de una repetición de los comicios. En ese supuesto, y en la hipótesis de que concurrieran las mismas formaciones que el pasado 27-S, el desenlace debilitaría a Junts pel Sí, que podría perder hasta tres escaños (de 62 a 59), mientras que la CUP (12) y C’s (27) obtendrían hasta dos diputados más que hace dos meses. Entre el resto de las formaciones, PSC y PP podrían añadir un escaño a su cómputo actual, a expensas de Sí que es Pot, que podría caer de 11 a 9.
Sin embargo, el auténtico terremoto se produciría en el supuesto de que Convergència y ERC concurrieran por separado. En ese caso, la primera fuerza sería Esquerra (aunque muy lejos de los 68 escaños de la mayoría absoluta, pues sólo cosecharía 34), seguida de Ciutadans, que podría obtener hasta 29 diputados. Convergència lograría entre 24 y 25 escaños y tampoco podría sumar la mayoría absoluta del Parlament con Esquerra, ya que ambas fuerzas reunirían entre 56 y 59 diputados. El soberanismo sólo mantendría la mayoría absoluta de la Cámara con la
La CUP y C’s ganarían hasta dos escaños más a costa de JxSí en caso de nuevos comicios ERC sería primera fuerza, seguida de Ciutadans y CDC, que lograría 25 diputados El soberanismo, en una nueva cita electoral y por separado, puede sumar sólo 66 escaños Junqueras es el líder mejor valorado, seguido de Baños, Iceta y Mas, pero todos suspenden
ayuda de los 10 escaños de la CUP, aunque únicamente en el caso de que CDC y ERC reunieran 58 o más diputados. Si, en cambio, sumasen 56 o 57, perderían la mayoría absoluta que el nacionalismo catalán mantiene desde 1984.
El ranking de líderes refleja de alguna manera esa nueva correlación electoral, pues los dos primeros puestos los ocupan el republicano Junqueras (4,77) y el cabeza de lista de la CUP, Antonio Baños (4,27). Y a continuación, figura Miquel Iceta, que pasa del 3,7 en septiembre a un 4,15, ahora. Claro que hoy ningún líder aprueba y el propio Artur Mas, que aparece tras el socialista Iceta, ha caído por debajo del cuatro (3,85).