Misión en el lago Victoria
Ciento cincuenta mil jóvenes se reúnen con Francisco en un suburbio de Kampala
El papa Francisco sigue adelante con su gira africana y visita Uganda, uno de los bastiones del cristianismo en el continente, con un 84% de la población católica o protestante.
El santuario del Namugongo ofrece destellos de la barbarie. En paneles y esculturas muestra a hombres arrastrados por los tobillos, atados a árboles a punto de ser golpeados con hachas o dentro de una pira para ser quemados vivos. Eso es justamente lo que ocurrió en ese lugar a finales del siglo XIX. Entre 1885 y 1887, 45 cristianos católicos y anglicanos fueron torturados, degollados o quemados vivos por defender su fe cristiana. Aquel ataque no sólo no acabó con el cristianismo en Uganda, sino que lo hizo florecer.
El país africano es hoy uno de los bastiones de la fe católica en este continente, con un 84% de la población católica o protestante, y conocido en círculos cristianos como “la perla de África”. Ayer, el Papa Francisco escogió precisamente el santuario de Namugongo para oficiar por la mañana una misa ante 300.000 asistentes, según cifras del Vaticano, y rendir homenaje a los mártires. “Uganda fue regada con sangre de mártires, y es necesario seguir regándola. Y para eso, (son necesarios) nuevos desafíos, nuevos testimonios, nuevas misiones. si no van a perder la belleza que tienen y la perla de África terminará guardada en un museo”, apuntó.
En el segundo paso de su viaje en África tras visitar Kenia y antes de viajar hoy a República Centroafricana, el Papa tuvo un encuentro con jóvenes en el Kololo Air Strip de la ciudad de Kampala. De nuevo, Uganda reaccionó con fervor: 150.000 asistentes. Allí el líder de la iglesia católica escuchó el testimonio de Winnie, una chica nacida con VIH, y de Emmanuel, un ex niño soldado que, tras escapar de aquel reclutamiento forzoso y asesino, se graduó en ciencias administrativas. Después de saludarles, el Papa improvisó unas palabras: “Delante de una experiencia negativa, y muchos de los que estamos aquí hemos tenido experiencias negativas, siempre está la posibilidad de abrir un horizonte (...) si transformo lo negativo en positivo, soy un triunfador”.
Aunque el Papa ha denunciado en su primer viaje por África temas sensibles como la desigualdad, la corrupción o ha abogado por un mayor diálogo entre religiones, en su visita a Uganda también destacan sus silencios. Grupos por los derechos humanos esperaban alguna mención del Papa ante el acoso de los sectores más conservadores de la sociedad ugandesa, liderados por grupos evangelistas estadounidenses, que promueven un sentimiento radical contra los
Francisco guardó silencio sobre el autoritarismo del presidente Museveni o sus políticas antigáis
homosexuales. Aunque la ley para condenar a muerte a gais y lesbianas no llegó a ser aprobada en el 2009, sí se les puede sentenciar a cadena perpetua y reciben el escarnio público: periódicos locales han publicado en portada listas y fotos de presuntos homosexuales. El Papa tampoco hizo mención al liderazgo con puño de hierro de Yoweri Museveni, en el poder desde 1986. Sí se involucró en un cambio por la paz en el vecino de norte. El viernes, el Papa recibió en una visita privada al presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, para urgirle a que detenga la guerra que desangra al país, independizado de Sudán en el 2013.