Tres muertos en el ataque a una clínica abortista
Campaña de extremistas en EE.UU. contra estos centros
Mucho más que el dolor por los tres muertos en otro tiroteo. Por la reiteración de estas tragedias, ese número habría pasado casi desapercibida si no fuera por las circunstancias del caso.
“Todavía no sabemos si Planned Parenthood fue el objetivo de este ataque, pero compartimos la preocupación de muchos estadounidenses de que el extremismo está creando un ambiente tóxico que alimenta el terrorismo doméstico en este país”.
Vicki Cowart utiliza la expresión “terrorismo doméstico” para describir en su comunicado el ataque del viernes a una clínica abortista de Colorado Spring. Se saldó con casi seis horas de cerco, la rendición del atacante –Robert Lewis Dear, de 57– y el balance de un policía muerto –Garret Swasey, de 44– y dos civiles, además de nueve heridos de bala.
Cowart es la presidenta de Planned Parenthood Rocky Mountain, una de las sedes de esta red de centros distribuidos por Estados Unidos. Pese a que los dispensarios están en el punto de mira desde la legalización del aborto (1973), la campaña se intensificó a partir de julio.
Entonces, grupos ultra conservadores pro vida, al que no pocos llaman fundamentalistas, empezaron a difundir vídeos supuestamente reales sobre la presunta comercialización para investigación que en las clínicas de Planned Parenthood se hacía con los órganos fetales. Las grabaciones, desacreditadas como manipulaciones, pretendían que el Congreso en Washington, dominado por los republicanos, forzara la retirada de fondos. Esta organización sanitaria sin ánimo de lucro, creada en 1916 en Brooklyn, cuenta con 59 grupos afiliados y más de 700 clínicas
El resultado ha sido el resurgimiento de la violencia contra estos centros. Al menos cuatro han sufrido incendios. No se habían registrado muertes desde el 2009 –mataron al doctor George Tiller en Kansas–, hasta estos tres.
Fue una tensa jornada en Colorado, en el puente de Acción de Gracias, con diversas personas escondidas en las instalaciones, ubicadas en un área comercial, que fue cerrada por completo. Una larga espera, con la retransmisión del rescate de pacientes y empleados, en la que la comunicación
La presidenta de los centros atacados acusa al “extremismo” de crear un ambiente “de terrorismo doméstico”
entre el atacante y las tropas especiales que entraron a su caza se limitó a intercambios esporádico de tiros. “No tenemos información sobre su estado mental, sus ideas o su ideología”, explicó la lugarteniente de la policía, Catherine Buckley.
Se sabe que Dear pasó un tiempo residiendo en una cabaña de Black Mountain (Carolina del Norte) sin electricidad ni agua corriente. “Si hablabas con él, no había nada que permitiera conocerlo, tópicos sin más”. En el 2002 le absolvieron de un delito de crueldad con los animales.
Ayer proseguían la investigación. La clínica de Colorado Spring ha sido escenario de continuas manifestaciones, con más o menos asistencia, pero seis veces a la semana, indicó un vecino.
El presidente Obama emitió este sábado un comunicado en el que reconoció no saber todavía los motivos del asalto. Pero sí dejó constancia de algo. “Esto no es normal. No podemos permitir que se convierta en algo normal”,
Ya son demasiados los tiroteos en su presidencia. Demasiadas plegarias no atendidas.