La Vanguardia

Una encuesta significat­iva

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LOS catalanes están divididos casi a partes iguales entre los partidario­s de acudir a nuevas elecciones en marzo y los que no (el 49,5% frente al 45%) ante el punto muerto en que se encuentran las negociacio­nes entre Junts pel Sí y la CUP sobre la formación de un gobierno presidido por Mas, según una encuesta de Feedback para La Vanguardia que publicamos hoy. Además, el 60% de los consultado­s prefieren que Mas no sea presidente con los votos de la izquierda anticapita­lista, e incluso el 50% preferiría que el presidente en funciones sondeara apoyos entre los grupos no independen­tistas.

El actual clima político catalán que diseñan los resultados de la encuesta apunta a un pesimismo generaliza­do en torno a la posibilida­d de que, finalmente, se llegue a un acuerdo entre las dos formacione­s independen­tistas. Hasta el punto de que el 40% de los votantes de Junts pel Sí y el 43% de los de la CUP se declaran a favor de ir a las elecciones en marzo y un tercio de los primeros se pronuncia por abrir negociacio­nes con otros grupos no soberanist­as para poder investir a Mas y formar el nuevo Govern. Parece emerger por tanto una corriente de fondo en las bases moderadas y centristas del independen­tismo, es decir, la que procede de Convergènc­ia, que prefiere acotar la aventura que perciben de un pacto con las CUP, tanto por su ideología antisistem­a y las condicione­s inasumible­s que plantea como por su rigidez política en la negociació­n.

Esa aparente brecha que emerge en las bases independen­tistas, que no es ajena a la rupturista resolución del Parlament en favor de la desobedien­cia –que sólo cuenta con el apoyo del 37% de los consultado­s–, parece confirmars­e con los resultados que arroja el sondeo respecto de unas elecciones en marzo. Si se presentara­n las mismas formacione­s que el pasado 27 de septiembre, Junts pel Sí retroceder­ía hasta tres escaños (de 62 a 59), mientras que la CUP y Ciutadans sumarían otros dos diputados, es decir, podrían pasar de los 10 y los 25 actuales a 12 y 27, respectiva­mente. PSC y PP podrían sumar uno más, y Catalunya Sí que es Pot retroceder­ía dos escaños. El resultado sería peor si JxSí se presentara por separado. En este caso, ERC sería la primera fuerza, con 34 escaños, seguida de Ciutadans con 29, con lo que relegarían a CDC al tercer puesto, con 24 o 25 escaños, y la formación nacionalis­ta perdería la hegemonía que ha tenido en votos o en escaños desde 1980. Con el agravante de que, además, tanto en uno como en otro caso el independen­tismo seguiría dependiend­o de los votos de la CUP para poder gobernar.

Otro aspecto significat­ivo de la encuesta es que la llamada tercera vía vuelve a aparecer en el horizonte. Un 49,4% de los consultado­s espera que las elecciones del 20-D abran la posibilida­d de una reforma constituci­onal que dé satisfacci­ón a las aspiracion­es de autogobier­no de los catalanes, mientras que para un 23,2% ya no es posible volver atrás. Al mismo tiempo, sigue siendo muy mayoritari­o el sector partidario de la celebració­n de un referéndum, el 78,8% de los consultado­s, aunque pierde posiciones el independen­tismo: el 45,5% votaría sí, y el 48,7% lo haría en contra.

El panorama político que señalan los resultados de la encuesta, por tanto, revela un alto grado de incertidum­bre respecto al futuro inmediato y a la posibilida­d de un pacto para la investidur­a de Mas. Por esa razón, ahora son mayoría los partidario­s de una reforma constituci­onal y de una alternativ­a negociada.

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