Mas no piensa renunciar para no dejar la dirección del proceso a la CUP
El president apuesta por agotar las opciones de negociación en busca del acuerdo
“Hasta el 10 de enero hay vida para la negociación y tenemos que agotar todas las posibilidades”. Artur Mas apostó anoche de este modo por apurar al máximo las conversaciones entre Junts pel Sí y la CUP en busca de un acuerdo sobre la investidura del presidente de la Generalitat y la estabilidad de la legislatura. “Estamos explorando hasta el último momento si es posible un acuerdo en términos razonables para todos y mi obligación es intentarlo hasta el final, porqué no hacerlo sí que sería incumplir el mandato de las urnas”, declaró en el transcurso de una entrevista en 8tv, en la que dejó claro también que no tiene intención de marcharse porque hacerlo sería dejar precisamente la dirección del proceso en manos de la CUP.
El presidente de la Generalitat garantizó, de todos modos, que no aceptaría un acuerdo a cualquier precio y aseguró, en este sentido, que si al final el pacto no era asumible no quedaría más remedio que repetir las elecciones, pero precisó que mientras tanto había que seguir intentándolo y que si acaba resultando razonable para todas las partes sería bueno para el conjunto de Catalunya. “Si al final hay acuerdo, juzguémoslo por los hechos y no por los prejuicios”, reclamó en relación a las dudas que, sobre todo en medios económicos y empresariales, ha despertado una eventual entente entre Junts pel Sí y la CUP.
El líder de CDC negó, en este sentido, que su persistencia en la búsqueda de un acuerdo respondiera a una voluntad de permanecer en el cargo al precio que fuera y lo justificó de manera gráfica: “Motivos para marcharme tengo unos cuantos, pero para no hacerlo tengo sólo uno, que es que aceptar que se ha puesto precio a la presidencia de la Generalitat y renunciar sería dejar la dirección del proceso en manos de la CUP”. Artur Mas matizó, de todos modos, que Junts pel Sí “también debe entender que sin la CUP el proceso no se puede hacer”, cuya aportación calificó de valiosa porque “permite que determinada gente se sienta identificada con el proceso”, y apostó por encontrar una fórmula de equilibrio que haga posible dar satisfacción a los deseos de todas las partes.
El presidente de la Generalitat apreció, por otro lado, el referéndum sobre el futuro político de Catalunya que defiende el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pero auguró que no tendrá fuerza suficiente en Madrid para sacar su propuesta
El líder de CDC acepta un cara a cara con Iglesias aunque duda de su propuesta de referéndum
adelante. “No tiene a ningún interlocutor en Madrid para acordarlo”, subrayó Artur Mas, que se avino a celebrar un debate cara a cara con Pablo Iglesias para tratar la cuestión.
Francesc Homs, por su parte, aprovechó la jornada de campaña de ayer para negar que el debate soberanista esté ahuyentando inversiones y remarcar que, en realidad, las empresas que se van de Catalunya lo hacen por “insolidaridad”, porque buscan “refugios donde pagar menos impuestos”, y no por razones políticas. El cabeza de cartel de Democràcia i Llibertat sustentó su tesis en datos de Foment del Treball –“patronal poco sospechosa de estar de acuerdo con las tesis soberanistas”–, que indican que la inversión extranjera en Catalunya se disparó el primer semestre de este 2015 al captar 1.959,19 millones de euros, un 280% más que en el mismo periodo del 2014, y que, a su juicio, son la muestra de la falsedad de determinadas argumentaciones. “Esto tapa todas las bocas de los que dicen que el soberanismo aleja la inversión extranjera”, subrayó, convencido de que “cuando alguna persona o inversión marcha de Catalunya es más por insolidaridad con la propia sociedad catalana, porque buscan un lugar donde tengan que pagar menos impuestos, que no por razones políticas” entorno al proceso de independencia.