Nicolás Maduro
El presidente de Venezuela se resiste a aceptar la derrota del chavismo en las urnas
Maduro (53) no ha aceptado la derrota electoral del chavismo y parece dispuesto a todo para impedir que la nueva mayoría marque el rumbo de Venezuela, incluso a utilizar al Tribunal Supremo para frenar las nuevas leyes.
La mayoría chavista en la Asamblea Nacional de Venezuela ha aprobado in extremis la designación de trece magistrados principales y 21 suplentes del Tribunal Supremo, haciendo caso omiso de las airadas protestas de la oposición, que impugnará los nombramientos cuando asuma el control del Parlamento el próximo 5 de enero.
El presidente Nicolás Maduro ha dado muestras de no querer colaborar con la nueva mayoría parlamentaria. Intenta utilizar a los 32 magistrados del Supremo –fieles aliados del chavismo– para pasar los decretos ley que apruebe el Gobierno y anular las iniciativas legislativas de la oposición. También ha amenazado con crear un Parlamento Comunal que esté por encima de la Asamblea Nacional.
El rodillo oficialista impuso el miércoles a sus candidatos al Supremo, y lo hizo por mayoría simple, luego de cuatro sesiones extraordinarias, que se celebraron durante dos días consecutivos. En los tres primeros intentos, el régimen fracasó, dado que su fracción parlamentaria no alcanza los dos tercios del hemiciclo requeridos para investir a los togados. Pero la ley establece que a partir de la cuarta votación, la Cámara puede designarlos por mayoría simple.
El presidente saliente de la Asamblea Nacional y número dos del régimen chavista, Diosdado Cabello, anunció la aprobación por “mayoría constitucional” de los nombramientos y dijo en un breve discurso que las designaciones se hicieron apegadas a la Constitución y las leyes. Todos los jueces investidos han declarado públicamente su lealtad a la revolución bolivariana.
“Esta Asamblea Nacional ha cumplido con sus labores (...) y lo va a seguir cumpliendo hasta el día que ustedes (la oposición) se instalen en su mayoría”, dijo Cabello, para luego advertir que se avecina un choque de trenes en el nuevo parlamento surgido de las elecciones del pasado 6 de diciembre, cuando la oposición ganó dos tercios de los escaños. “Es inevitable la confrontación. Son dos modelos: el modelo capitalista que ustedes quieren restaurar, y el modelo socialista que nosotros nos empeñamos en defender y llevar adelante”, afirmó.
El oficialismo aprovechó la sesión parlamentaria para tomar juramento a los nuevos magistrados. Los diputados de la oposición
El oficialismo augura un choque de trenes entre el Parlamento y el Ejecutivo a partir del 5 de enero
abandonaron la sala.
Poco después, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD, alianza de partidos antichavistas que ganó las legislativas) reiteró que el próximo Congreso revertirá la designación de los magistrados. “La Asamblea Nacional del pasado no puede decidir, no debería decidir sobre el Tribunal Supremo del futuro (…) ¿Qué va a ocurrir con eso? Lo decimos con absoluta claridad, eso no va a pasar, eso no se va a quedar así”, adelantó su portavoz, Jesús Torrealba. El dirigente opositor barajó una reforma de la ley orgánica del Tribunal Supremo, que permita ampliar “el número de magistrados y esta mayoría sea prácticamente licuada en una nueva correlación de fuerzas. Todo eso puede ocurrir y todo eso va a ocurrir”, sentenció.
La MUD logró en las pasadas elecciones 112 diputados de un total de 167, mientras el chavismo sólo obtuvo 55 escaños. Con semejante base parlamentaria, la oposición está facultada para revocar los nombramientos de los magistrados o decidir su destitución. También queda habilitada para convocar una asamblea constituyente y aprobar una reforma constitucional, además de nombrar a los titulares del Consejo Nacional Electoral, la fiscalía general, la fiscalía de cuentas y la defensoría del pueblo.