Las enfermeras no vacunarán ni harán curas sin autorización médica expresa
Entra en vigor el decreto de prescripción: “Es una traición”, juzga este colectivo
La enfermería ha entendido la publicación del Real Decreto de Prescripción Enfermera el pasado miércoles en el BOE y, por tanto su entrada en vigor de inmediato, como una auténtica traición. Una doble traición, en verdad. La primera se realizó, según este colectivo, cuando el ministro de Sanidad (ahora en funciones), Alfonso Alonso, “modificó en el último momento el texto del real decreto pactado con los enfermeros”. La segunda, el día 23, cuando, estando la mitad de las plantillas sanitarias están de vacaciones por Navidad, el Gobierno da la orden de que se publique el polémico texto en el BOE, dos meses después de que recibiera el visto bueno del Consejo de Ministros.
¿Cómo se explica la tardanza? Los enfermeros lo tienen muy claro: el Gobierno ha guardado en el cajón la publicación de ese decreto porque sabía que, en el momento que entrara en vigor, las enfermeras iban a dejar lo que hacen hasta ahora y se atendrían a lo establece el texto aprobado “y eso, con unas elecciones por medio, era una auténtica bomba de relojería. Las consecuencias son claras: un sistema de salud saturado al limitarse este colectivo a realizar las labores que exclusivamente prescriban los médicos cuando hay medicamentos de por medio, algo que ocurre constantemente. Sabían que eso les restaría votos”; explican a este diario fuentes del Consejo General de la Enfermería.
Pero, ¿qué establece ese decreto? Según el polémico artículo 3, el que fue modificado a última hora: “Para que los enfermeros acreditados puedan llevar a cabo las actuaciones contempladas en este artículo respecto de los medicamentos sujetos a prescripción médica, será necesario que el correspondiente profesional prescriptor (el médico) haya determinado previamente el diagnóstico, la prescripción y el protocolo o guía de práctica clínica y asistencial a seguir, validado conforme a lo establecido en el artículo 6. Será en el marco de dicha guía o protocolo en el que deberán realizarse aquellas actuaciones, que serán objeto de seguimiento por parte del profesional sanitario que lo haya determinado (el médico) a los efectos de su adecuación al mismo, así como de la seguridad del proceso y de la efectividad conseguida por el tratamiento”. De ahí que a partir de este momento, las enfermeras no podrán realizar actuaciones que habitualmente venían realizando con medicamentos sujetos a prescripción médica, si no cuentan con una prescripción específica del médico para cada paciente.
Así, “no podremos vacunar bajo un calendario o protocolo de vacunación, utilizar o indicar determinadas pomadas para la realización de curas de heridas o úlceras por presión (ejemplo, Colagenasas), o utilizar heparinas para el mantenimiento de vías periféricas o centrales”, relatan desde la Mesa de la Profesión Enfermera. En definitiva, un sinfín de actuaciones que en el día a día “hacíamos de forma autónoma o en aplicación directa de protocolos y que a partir de hoy dejan de tener vigencia”, añaden.
Desde la Mesa de la Enfermería se insiste en que ninguna enfermera puede indicar a ningún paciente
El 75% de profesionales de enfermería reducirá su actividad porque, si no, pueden ser acusados de intrusismo
medicamentos sujetos a prescripción médica si no lo ha decidido el médico y por tanto escrito así en la historia clínica del paciente o en otros documentos sanitarios que tengan validez legal. Las órdenes verbales no valen: tiene que quedar constancia de todo por escrito.
¿Seguirán las enfermeras actuando como hasta ahora? El 75% de ellas ya han manifestado su intención de seguir a rajatabla el polémico decreto porque actuar como hasta ahora, vacunando, realizando curas con medicamentos, poniendo heparina, implicaría quedarse fuera “de la cobertura de nuestro seguro de responsabilidad civil y por tanto, nos encontraremos en total inseguridad jurídica ante posibles denuncias que conlleven la imputación de los profesionales por un delito de intrusismo profesional por realizar actuaciones que invaden las competencias de otra profesión y que la normativa expresamente no nos habilita para realizar”, señalan portavoces de la Mesa de Enfermería.