Europa prolonga dos años el control de fronteras por la crisis de los refugiados
Los gobiernos amenazan a Grecia con la expulsión de Schengen si no frena la llegada de inmigrantes
La UE ha iniciado los trámites para prolongar los controles fronterizos durante dos años, a la vista del fracaso para afrontar el aluvión de personas que intentan llegar a paí- ses europeos, sobre todo Alemania, fundamentalmente desde Siria. En las tres primeras semanas de enero, entraron 30.000 personas por Grecia.
Europa empieza a dar marcha atrás. Los gobiernos europeos iniciaron ayer los trámites para prolongar los controles fronterizos puestos en marcha en la zona Schengen a raíz de la llegada de miles de demandantes de asilo y la amenaza terrorista.
El tiempo dirá si la decisión es el principio del fin de Schengen o la respuesta, desesperada pero necesaria, para salvaguardar el principio de la libre circulación de personas. Es, en cualquier caso, la constatación del fracaso de las iniciativas nacionales y europeas para dar respuesta al mayor movimiento de personas en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
La idea lleva sobre la mesa desde diciembre, pero la Comisión Europea se resistía a dar el paso. Confiaba en que los nuevos centros de registro de refugiados ( hot spots) en Grecia e Italia y, por otro lado, el acuerdo con Turquía para frenar las salidas dieran frutos. Pero ninguna de estas iniciativas ha ofrecido por el momento resultados palpables (en las tres primeras semanas de enero, 30.000 personas entraron a la UE por Grecia) y nadie espera que la situación cambie radicalmente de aquí a mayo, cuando expira la autorización concedida a Alemania, Austria y otros países para introducir temporalmente los controles. De ahí la decisión de los ministros del Interior de solicitar a la Comisión que prepare “la base legal
y práctica” para prolongarlos. El artículo 26 del código de fronteras Schengen –nunca utilizado en sus 31 años de existencia– prevé que si se dan “circunstancias excepcionales” por “serias y persistentes deficiencias” en el control de la frontera exterior por parte de un Estado (léase Grecia, en este caso) y se produce “una amenaza grave para el orden público y la seguridad interior”, los controles podrán prolon- garse hasta tres veces, por periodos de seis meses. Este plazo, sumado a los hasta ocho meses ya autorizados de forma excepcional, eleva a dos años el periodo máximo en que los controles pueden estar en vigor sin renunciar a Schengen, al menos sobre el papel. Pero ni los gobiernos ni las instituciones miraban ayer tan lejos. El corto plazo se impone.
El paso es “inevitable” dada la situación actual, consideró Klaas Dij- khoff, ministro de Inmigración de Holanda, presidencia de turno de la Unión. La decisión final se tomará en unas semanas, cuando la Comisión presente su evaluación de la situación y confirme que se dan las condiciones para autorizar el mantenimiento de los controles.
De momento están en vigor, en distintos grados, en Alemania, Austria, Francia, Suecia, Dinamarca y Noruega. Si se pasa a la siguiente fase, cualquier otro país podría ponerlos en marcha acogiéndose a la situación excepcional. Para el Gobierno español, “sería un grave retroceso para la UE, desde el punto de vista político, económico, que eso se perdiera”, advirtió el ministro Jorge Fernández Díaz, que subrayó no obstante que “la realidad” es que “hay un problema de seguridad por el terrorismo yihadista y los flujos migratorios irregulares”.
La reunión comenzó, como tantas veces el año pasado, con la amenaza de “expulsión” de Grecia, esta vez no del euro, sino de la zona Schengen. “Si Atenas no hace más para defender las fronteras exteriores, entonces debemos discutir abiertamente la posibilidad de excluir a Grecia temporalmente de la zona Schengen”, defendió la ministra de Interior de Austria, Johanna Mikl-Leitner. Su colega griego, Yannis Mouzalas, se defendió y expuso con crudeza la situación a la que se enfrentan: la única forma de actuar en una frontera marítima es hacer operaciones de salvamento, “salvo que se deje que se ahoguen”.
UN PASO SIN PRECEDENTES El tiempo dirá si la decisión es el principio del fin de la zona o su salvación
DE NUEVO, EL‘GR EX I T’ Austria propone excluir a Grecia del espacio libre por un tiempo
Mouzalas tuvo la comprensión de España: aislar a Grecia“sería irrealizable”, aseguró Fernández Díaz. Aparte de que es “políticamente inaceptable, operativamente, si alguien pretende hacerlo, es inaplicable”, aseveró, dada la geografía griega. La propuesta austriaca no fue secundada por ningún otro gobierno (las normas no prevén la expulsión de un país de Schengen), pero todos, empezando por el alemán, insistieron en que Grecia “debe hacer los deberes”.
La incapacidad de Atenas para controlar su frontera tiene consecuencias también para el resto de países de la ‘ruta de los Balcanes’. Eslovenia ha propuesto ayudar a Macedonia a controlar los pasos desde Grecia, desplazando de facto la frontera Schengen tierra adentro. Bruselas ha empezado a estudiar la iniciativa, a pesar del disgusto de Atenas. La apuesta de la Unión para, a medio plazo, recuperar el control de la situación es la creación de una guardia europea de fronteras. La propuesta de Bruselas es que pueda actuar incluso sin el aval del país afectado por la emergencia, pero varios países, empezando por España, dejaron claro que este extremo es inaceptable; la presidencia holandesa se comprometió a buscar alternativas. En el corto plazo, el comisario europeo del Interior, Dimitri Avramopulos, aseguró que Grecia pondrá en marcha media docena más de hot spots en un mes. Desde ese momento, ya no habrá excusas para no aplicar el reparto de refugiados a otros países de la UE, dijo. Los ministros reclamaron también a Grecia que eleve a 50.000 plazas sus capacidades en centros cerrados para alojar a los migrantes mientras examina sus solicitudes.