El alcalde de Girona se ve obligado a repetir su investidura
El pleno retira las condecoraciones otorgadas a Felipe VI hace 40 años
En un pleno extraordinario que acabó con una moción en la que al rey Felipe VI se le retiraron las condecoraciones de la ciudad, Girona repitió anoche la investidura de Albert Ballesta como nuevo alcalde de Girona. Hacía 73 horas que ya había tomado posesión entre las críticas de la oposición por el modo con que Ballesta, que figuraba en el número 19 en la lista de CiU en las pasadas elecciones municipales y no era ni concejal en el Consistorio, había accedido al cargo en sustitución de Carles Puigdemont. Pero la fórmula usada por el nuevo alcalde el pasado viernes, que no juró ni prometió el cargo y solamente se limitó a leer la fórmula usada por la Associació de Municipis per la Independència (AMI) poniéndose a disposición del Parlament para sacar adelante el proceso soberanista no se ajusta a la ley, lo que obligó a repetir la investidura.
Ballesta asumió personalmente la culpa de ese error, que dijo que se produjo por “la emoción y tensión del momento”. “Reivindico el derecho como persona a equivocarme”, expuso una vez reproclamado alcalde con sólo los diez votos a favor de CiU. Ballesta prometió el cargo “por imperativo legal” y se comprometió a “cumplir fielmente las obligaciones” con “lealtad al Rey y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado y el Estatut”. Tras esta promesa, agregó la fórmula propuesta por la AMI de apoyo al proceso y a favor “de proclamar el Estado catalán, libre y soberano”.
La repetición del pleno no gustó a los grupos a la oposición, que calificaron la situación de “ridícula”. Todos excepto la portavoz popular, que se votó a sí misma, escribieron en la papeleta de voto: “Girona quiere democracia y rigor”.
La portavoz del PP, Concepció Veray, aseguró: “Somos el hazmerreír de toda Catalunya”. Más crítica incluso fue la portavoz de Ciutadans, Míriam Pujola, que se mostró sorprendida por la equivocación de Ballesta teniendo en cuenta que ha ejercido de secretario de varios ayuntamientos. “Girona debe ser noticia, pero no por su ineptitud”, afirmó. También habló de ridículo la portavoz socialista, Silvia Paneque, al asegurar que ese error no hace más que acrecentar la “sensación de ridículo de la institución”. “El error no es el problema fundamental, sino que alguien que no ha sido elegido por la ciudadanía pueda ser alcalde”, dijo. Laia Pèlach, de la CUP, recordó que por encima de todo está el buen nombre de la institución, que ha quedado “tocado”.
Los grupos de la oposición calificaron de “fraude democrático, engaño o poco legítima” la elec- ción de Ballesta. Tras finalizar el pleno extraordinario, se celebró un pleno ordinario en el que se aprobó por mayoría simple una moción presentada por ERC y la CUP para cambiar el nombre de la Fundación Princesa de Girona al considerar que este título no representa a la ciudad. Las dos fuerzas sugieren el nombre de Carles Rahola como una de las posibles alternativas. La moción contó con los votos a favor de los impulsores del texto (ERC y CUP) y las abstenciones del PSC y CiU, que suman 14 ediles. PP y Ciutadans votaron en contra.
En esta moción también se aprobó retirar las condecoraciones que el Ayuntamiento de Girona otorgó al rey Felipe VI hace 40 años: la medalla, el bastón y el espadín de la ciudad.
La oposición dice que se ha hecho el ridículo y escribe en sus votos: “Girona quiere democracia y rigor”