Final trágico de la travesía a solas de la Antártida
Worsley muere tras 71 días de travesía y cuando estaba a punto de cruzar el continente
El explorador británico Henry Worsley (55 años), que estaba a punto de convertirse en el primer hombre en cruzar la Antártida en solitario y sin asistencia de ningún tipo, murió el domingo, en la clínica Magallanes de Punta Arenas (Chile), a los 71 días de haber iniciado su aventura y a tan sólo 48 kilómetros de conseguir su objetivo. Fue el propio Worsley quien hizo una llamada de socorro el viernes, después de ser incapaz de moverse de su tienda durante los dos días anteriores a causa del cansancio y la deshidratación, y el mal tiempo. Los equipos de rescate lo evacuaron a Chile el mismo viernes a última hora de la tarde. A su llegada al hospital, se le diagnosticó una peritonitis bacteriana y, a pesar de todos los esfuerzos del equipo médico, el explorador británico falleció el domingo a consecuencia de un fallo multiorgánico, según un comunicado de su esposa, Joanna Worsley, con quien tenía dos hijos.
Henry Worsley, exteniente coronel del ejército británico con 36 años de servicio, había partido de Londres el pasado 20 de octubre hacia Chile con un triple objetivo. El primero: conmemorar el centenario de la épica expedición que llevó a Ernest Shackelton en 1915 a intentar cruzar, sin éxito, el continente antártico (la ruta de Worsley era la misma que la siguió el mítico explorador). El segundo: recaudar 100.000 libras esterli- nas para la Endeavour Fund, una organización benéfica dedicada a ayudar a soldados veteranos lesionados o heridos. Esta organización está dirigida por la Royal Foundation, que es la organización de caridad del príncipe Guillermo y la princesa Catalina, du- ques de Cambridge, y para la que Worsley consiguió recoger 106.000 libras esterlinas (140.000 euros). Y el tercer objetivo era convertirse en el primer hombre en atravesar la Antártida en solitario y sin asistencia.
Las cosas no empezaron bien. Inicialmente, estaba previsto que, tras unos días de preparación y comprobación de todo el equipo, Worsley volara de Punta Arenas hacia el campamento base el 27 de octubre, pero el mal tiempo lo impidió. Finalmente, el martes 10 de noviembre tomó el que tenía que ser su último baño hasta el 27 de enero y voló hasta Union Glaciar. Worsley dedicó esos días a estudiar las zonas más complicadas de la ruta y a ver los partidos de la Copa del Mundo de rugby. Al día siguiente, recibió la visita por sorpresa de David Beckham, mientras esperaba que, de nuevo, la meteorología le permitiera tomar un vuelo de 4 horas hasta la isla Berkner, punto de inicio de su travesía.
Durante esos días de nueva espera, el expedicionario se entrenaba haciendo marchas diarias de 8 km con su trineo a plena carga (143 kg). Finalmente, el 14 de noviembre un avión dejaba a Worsley a 100 millas de la plataforma continental antártica. Allí pudo esquiar sus primeras cuatro horas en lo que él mismo llamó “el mejor lugar de la Tierra, ahora mismo”. Tenía por delante 1.770 kilómetros, que se proponía recorrer a una media de 25 km/día.
Llevaba provisiones para aguantar 80 días, aunque espera- ba emplear “sólo” 75. Pero para arrastrar un trineo con semejante carga durante más de dos meses, mientras se soportan temperaturas de -44ºC y ventiscas superiores a los 50 km/h, se necesita combustible extra. En su viaje, Worsley tiró de la música de Johny Cash, David Bowie, Meatloaf y Rajmáninov. La primera semana fue más o menos tranquila. Pero , a partir del décimo día, las tormentas y el fuerte viento empezaron a ser la norma y obligaron a que Worsley tuviera que pasar jornadas enteras recluido en su tienda. Descansar lo suficiente se le hizo muy difícil.
El día de Navidad, Worsley recibió la llamada del príncipe Guillermo, amigo personal, y tras 51 días de travesía, el 3 de enero a las 5 de la tarde, consiguió llegar al polo Sur. Quince días más tarde el tiempo empezó a empeorar de verdad. Finalmente, cumplidos 71 días de agotadora marcha, su cuerpo dijo basta y el británico llamó para que le rescataran. Al enterarse de su delicado estado de salud, su esposa voló para estar a su lado en el hospital. Pese a todos los esfuerzos, Henry Worsley fallecía este domingo a causa de una peritonitis bacteriana.
En sus últimas palabras enviadas desde la Antártida, Worsley describió que lo que le movía a seguir era su deseo de ayudar a los veteranos heridos: “Tras haber sido un soldado de carrera durante 36 años y retirado hace poco, esta expedición ha sido una manera de rendir homenaje a aquellos menos afortunados que yo”.
EL OBJETIVO
Quería ser el primero en cruzar la Antártida en solitario y sin ninguna asistencia
ESFUERZO TITÁNICO
A sus 55 años, pasó 71 días tirando de un trineo de 143 kg a una temperatura de -44ºC
EL ABANDONO
La climatología, el cansancio y la deshidratación le obligaron a abandonar
É PICA DEL HEROÍSMO
Quería emular a Ernest Shackleton y, cien años después, también fracasó