La Vanguardia

Cristiano Ronaldo

DELANTERO DEL REAL MADRID

- RAMÓN ÁLVAREZ

Cristiano Ronaldo (30) agredió a un rival el pasado domingo en el Benito Villamarín. Es la quinta acción de este tipo que protagoniz­a el portugués en esta Liga. Ninguna de esas jugadas ha sido sancionada porque no las reflejó el acta.

Lesiones, sanciones, rotaciones y la cláusula del miedo que el Real Madrid empezó a generaliza­r desde que en la campaña 2003-2004 Eto’o, Munitis, Luis García y Morientes –jugadores cedidos por el club blanco– se convirtier­on en sus peores enemigos han hecho que la visita del Espanyol al Bernabeu en las últimas campañas haya sido un drama para todos los técnicos blanquiazu­les.

El domingo, Constantin Galca deberá plantarse en el feudo blanco sin cinco de sus hombres habituales: Caicedo es baja por lesión, Gerard Moreno y Víctor Álvarez, por sanción, en tanto que Marco Asensio y Burgui tienen vetada su participac­ión por el Real Madrid, el club que los tiene cedidos. La cláusula contractua­l que les permite jugar a cambio de una indemnizac­ión no deja de ser un adorno para esquivar la presumible ilegalidad de un con- trato que el Espanyol sabe que debe acatar sí o sí si quiere seguir nutriéndos­e de jugadores blancos.

Desde que hace ya una década Miguel Ángel Lotina y Ernesto Valverde decidieron voluntaria­mente reservar jugadores para visitar el Bernabeu al mantenerse vivo en tres competicio­nes el primero y disputar pocos días después la final de la UEFA el segundo –corrían otros tiempos para el Espanyol–, configurar los onces blanquiazu­les en Chamartín ha sido un encaje de bolillos. Tras plantar cara al Madrid sin ¡nueve! titulares antes de Glasgow, Valverde vio como un año después, en la campaña 2007-2008, tenía que volver a plantarse en el Bernabeu con un Tamudo que se recuperaba de una fractura y sin De la Peña, a quien sustituyó Lola.

Un año después, Tintín Márquez se encontró con el veto madridista a Callejón, una baja sensible que se sumó a los problemas físicos de su pilar en el eje defensivo, Pareja, con quien decidió arriesgar. El argentino le aguantó medio tiempo, pero el Espanyol amarró un valioso empate.

En la campaña 2009-2010, con Mauricio Pochettino en el banquillo, las lesiones, las sanciones y las cláusulas contractua­les le obliga- ron a viajar a Madrid con cinco jugadores que habían empezado la campaña en el filial. Del once inicial, cinco debutaban en el feudo madridista. La maldición se mantuvo en el retorno del técnico argentino, que tuvo que sustituir a fijos como Osvaldo, Baena, Javi Márquez o Dátolo, todos lesionados. De nuevo, Pochettino tiró del filial. Callejón, jugador españolist­a de pleno derecho, se pudo estrenar en el que acabaría siendo su estadio. Tampoco tuvo mejor suerte Pochettino en la que fue su despedida –hasta hora– del Bernabeu: se encontró con un Moreno que acababa de llegar más tarde de los previsto de sus compromiso­s con México y un Sergio García que reaparecía. Ninguno de los dos estuvo más que presencial­mente y el equipo encajó un doloroso 5-0.

Con Javier Aguirre como técnico, el Espanyol sumó su último punto hasta la fecha en el estadio madridista. Entonces sólo contó con la baja de Cristian Álvarez, a quien sustituyó Casilla, que pudo jugar gracias a que el Espanyol lo había adquirido –que no pagado– al Madrid.

UNA DÉCADA EN CUADRO Desde las rotaciones de Lotina y Valverde todo han sido sanciones, lesiones y cláusulas

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PAU BARRENA / AFP Marco Asensio, en la imagen ante Messi, no podrá jugar el domingo por una cláusula contractua­l

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