Ferrer, a cuartos
El alicantino derriba al gigante Isner y se cita en cuartos con Andy Murray
Caído Rafa Nadal, la gran esperanza del tenis español en el Open de Australia es el número 8 del mundo, David Ferrer, que se batirán en cuartos con el escocés Andy Murray tras derrotar el saque de John Isner con afinados restos, firma de la casa del de Jávea.
John Isner había llegado a los octavos de final del Open de Australia con estadísticas de gigante: 101 saques directos con una velocidad media de 207 km/h y ni una sola bola de break concedida. Al undécimo mejor tenista del mundo le bastaba con soltar el brazo para salir de una situación comprometida. Boom. Boom. Boom. Boom. Y juego. No necesitaba nada más. Hasta que llegó un restador que le hizo la vida imposible. No importa lo rápido que sea el cañonazo. Ni la variedad direccional de los disparos del estadounidense. David Fe- rrer lee el servicio de los rivales mejor que nadie. Es el escáner perfecto. Si los tres rivales previos de Isner fueron incapaces de encontrar le grieta para hacerle break, el alicantino no precisó de muertes súbitas para llevarse la victoria. Un quiebre en cada manga fue suficiente para imponerse a Isner y avanzar a los cuartos en Melbourne sin complicaciones. Ya son seis ediciones en las que el levantino ha alcanzado la ronda de los ocho mejores en las antípodas aunque el dato es aún más impresionante si se suman los cuatro grandes: 17 cuartos en toda su carrera.
A sus 33 años, el número ocho del mundo celebró la victoria con una alegría que pocas veces ha mostrado. Una sonrisa enorme, un discurso en inglés para agradecer a los seguidores el apoyo e incluso alguna broma con la grada. Ferrer estaba pletórico. “Ahora estas victorias las valoro más. Porque sé que cada año hay jugadores jóvenes con más proyección y mientras pueda llegar a las rondas finales de Grand Slam, me siento muy orgulloso de ello”, reconocía el único superviviente español en el cuadro masculino. “Sigo disfrutando del tenis, queriendo mejorar día a día”.
Tras una derrota inesperada a principios de mes en Doha, donde defendía corona, Ferrer mantuvo la calma. Se marchó a Auckland para sumar partidos y ritmo de competición y llegó a Melbourne sin hacer ruido. En los entrenamientos, intensísimos junto a su entrenador Francisco Fogués, el objetivo principal consistió en li- mar la nueva raqueta. Porque de estar toda la vida con un modelo, el alicantino se lanzó a una nueva marca y características hace apenas dos meses. “Ha sido un cambio positivo”, explica el técnico. “Le aporta un extra de potencia importante, que la bola le salga más fuerte con menos esfuerzo, logrando más profundidad. En definitiva, menos desgaste en determinadas condiciones”.
Con la base de la incombustibili- dad, Ferrer llega a cuartos sin ceder un set y su próximo rival, Andy Murray –que venció a Bernard Tomic en tres mangas– sólo tiene palabras de admiración para él. “Que haya hecho cambios en su raqueta ya te sugiere que todavía quiere seguir mejorando, aprendiendo cosas diferentes también. Jugadores como David, Roger también, son la clara demostración de que no hace falta retirarse a los 31 años siempre que tengas la pasión y dedicación. Las ganas de trabajar duro”.
Si el escocés y Ferrer protagonizarán uno de los cuartos más previsibles, Gael Monfils y Milos Raonic son los invitados estrella a la ronda de los ocho mejores. Tutelado por Carlos Moyà y Riccardo Piatti, este Raonic asusta. No sólo eliminó a un Stan Wawrinka que en Australia se crece, sino que además mostró sangre fría en una quinta manga de infarto con un tenis vintage de saque y volea precioso. “No tiene techo y en un día bueno, puede ganar a cualquiera”, avisa Moyà.
ETERNA REGULARIDAD “Ahora estas victorias las valoro más porque cada año hay jugadores jóvenes con más proyección”
VALOR EMERGENTE Raonic elimina a Wawrinka de la mano de Carlos Moyà, que dice que “no tiene techo”