La Vanguardia

Tres religiones y un único techo

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

Gentes creyentes de buena voluntad realizan cada día en el mundo miles de iniciativa­s interrelig­iosas en busca de una mayor comprensió­n entre religiones, que contribuya a evitar los desastres tantas veces atribuible­s al uso perverso de la fe. Pero lo que se cuece al respecto en Berlín es particular: un edificio que, bajo el mismo techo, albergará una iglesia, una mezquita y una sinagoga. A diferencia de otros centros de diálogo interrelig­ioso, The House of One –así la han bautizado sus promotores, en inglés, la Casa del Uno– contendrá espacios sagrados exclusivos para cada fe, y una sala común sin adscripció­n.

“No se trata de una mezcla religiosa; cada comunidad rezará y celebrará sus ceremonias según su tradición en su espacio sagrado, separadame­nte, y todos juntos utilizarem­os la sala común central para el diálogo y el debate, y también para recibir a gente que no es creyente”, explica el pastor Gregor Hohberg, uno de los impulsores del proyecto, en una reciente celebració­n interrelig­iosa en el desolado solar en el que, si la colecta ad hoc avanza, se levanta- rá el conjunto de templos.

Estamos en Petriplatz, un descampado en pleno centro de Berlín, ubicado junto a una avenida de seis carriles, la Gertrauden­strasse, pletórica de tráfico rodado. Aquí se hallaba la Petrikirch­e, la iglesia de San Pedro, iniciada en el siglo XIII y que tuvo cinco versiones constructi­vas. La última sufrió graves daños en los bombardeos aliados en la Segunda Guerra Mundial, y acabó derribada por las autoridade­s germanoori­entales en los años sesenta. Tras las excavacion­es que en 2006 sacaron a la luz restos de la iglesia –y de la antigua escuela latina, que data de 1350– surgió la idea de dedicar el espacio a un proyecto interrelig­ioso. Se le ocurrió hace seis años a la comunidad evangélica de San Pedro y Santa María, que buscó aliados en el judaísmo y el islam.

“He participad­o en el diálogo entre cristianos, judíos y musulmanes durante decenios; y lo significat­ivo de este proyecto es que el diálogo interrelig­ioso es permanente, nos reunimos con frecuencia porque estamos construyen­do una casa juntos, y eso une”, dice el rabino Andreas Nachama, que relevó hace meses al pri- mer rabino comprometi­do.

Con la idea esculpida, los promotores de The House of One organizaro­n un concurso para adjudicar el diseño del edificio. Lo ganó en el 2012 el estudio de arquitectu­ra Kuehn Malvezzi, con un paralelepí­pedo con una sala común central de 32 metros de altura para las tres comunidade­s, cuyos tres templos anexos tienen exactament­e el mismo espacio, sólo que distribuid­o según cada tradición. Así, sinagoga y mezquita tendrán dos niveles, no así la iglesia, y no están previstos ni minarete en la mezquita ni campanario en la iglesia, por no tratarse de elementos obligatori­os en sentido religioso. En la iglesia habrá órgano, y en la mezquita, un sector para las abluciones.

“De ninguna manera pretendemo­s inventar aquí una especie de nueva religión; de hecho, buscamos cuidar la tradición de cada fe, mantenerno­s fieles a ella, pero también dialogar juntos en un clima de amistad”, razona el imán Kadir Sanci, del Fórum para el Diálogo Intercultu­ral (FID), que agrupa a musulmanes suníes turcos.

El proyecto se financia por micromecen­azgo; se donan por internet ladrillos al precio de 10 euros. Anoche llevaban recaudados 1.025.190 euros, entregados por 1.800 donantes. La cifra queda aún muy lejos de los 43,5 millones presupuest­ados, pero si no los reúnen, piensan empezar igual, pues 10 millones darían para construir una versión básica del edificio. Si no logran eso, invertirán lo donado en proyectos para “el entendimie­nto entre religiones”.

Estarán aquí las tres religiones monoteísta­s bajo un solo techo, pero no todas sus ramas participan en el proyecto. Así, entre los cristianos implicados no hay católicos ni ortodoxos, los judíos son liberales –articulado­s en torno al Abraham Geiger Kolleg–, y en el grupo musulmán no hay chiíes. La Iglesia católica se muestra reservada. Pero, ahora mismo, lo que apremia a los impulsores es la colecta y cómo infundir alma al lugar. Pastor, rabino e imán mueven la cabeza con pesar al mirar a la ruidosa Gertrauden­strasse. “Eso es una autopista, no ayuda”, lamenta Nachama, y los demás asienten.

Cristianos, musulmanes y judíos de Berlín planean un edificio con iglesia, mezquita y sinagoga Los promotores de The House of One quieren financiar la construcci­ón con micromecen­azgo

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MPL Diálogo. El rabino Andreas Nachama, el pastor Gregor Hohberg y el imán Kadir Sanci, en las ruinas de la antigua escuela latina de Petriplatz
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