Mascarell acepta el encargo de representar a la Generalitat en Madrid
La previsión es que el Govern nombre hoy nuevo delegado al exconseller de Cultura
Ferran Mascarell será el nuevo delegado de la Generalitat en Madrid. El exconseller de Cultura comunicó ayer a Carles Puigdemont que aceptaba el encargo que le había formulado la pasada semana de representar a la primera institución de Catalunya en la capital de España y la previsión es que pueda ser designado hoy mismo en la semanal reunión del Govern, en la que con toda proba- bilidad se procederá a un segundo paquete de nombramientos de altos cargos después del primero del martes pasado.
La idea de encargar la delegación en Madrid a una persona con un marcado perfil político, como es el caso de Ferran Mascarell –forjado en el PSC y que ha jugado siempre un papel destacado en el mundo cultural de Catalunya y ha tenido un papel relevante al lado de los expresidentes Pasqual Maragall y Artur Mas–, responde a la voluntad del nuevo presidente de la Generalitat de elevar claramente el rango de la embajada en un momento especialmente trascendente como el actual. Y de hacerlo con una persona de reconocido talante dialogante, que es precisamente una de las divisas que se ha marcado el propio Carles Puigdemont para su mandato: “Diálogo permanente”, ofreció la semana pasada desde la tribuna del Parlament. El delegado en Madrid es, de hecho, el único que depende directamente del departamento de Presidència, mientras que los delegados territoriales en Catalunya lo hacen de la Vicepresidència y los delegados en el extranjero están adscritos a la nueva Conselleria d’Afers Exteriors.
Ferran Mascarell sustituirá en el puesto al diplomático Josep Maria Bosch, militante de UDC y hombre de confianza de Josep Antoni Duran Lleida, que abandonó el cargo en julio del 2015 como consecuencia de la ruptura de CiU. Desde entonces la representación ha estado vacante, y la rea- lidad es que en los últimos tiempos había perdido mucha carga política –que sobre todo había tenido en la época de la presidencia de Jordi Pujol–, que es precisamente lo que se pretende corregir a partir de ahora.
Uno de los primeros cometidos que tendrá que afrontar el nuevo representante de la Generalitat en Madrid será la recuperación del diálogo entre las presidencias de la máxima institución de Catalunya y del Gobierno español, como se comprometió a hacer Carles Puigdemont con quién resultara elegido nuevo presidente una vez aclarada la actual incógnita de la investidura. La dilatada carrera política del exconseller de Cultura se confía también en que sirva para ampliar y dinamizar contactos en la línea de poder explicar de primera mano y sin intermediarios el proyecto político que se ha puesto en marcha en Catalunya en los últimos años.