Madonna muestra su perfil maternal
La ‘material girl’ empieza su campaña para demostrar que sus hijos le importan
Madonna se arrodilló en Miami.
Dicho así, habrá quien piense que la superestrella salió cargada de copas como aseguran que sucedió hace unos días en Louisville, en Kentucky, capital del bourbon.
Pues no: desde la genuflexión cantó el Happy birthday, un número sorpresa, emotivo y muy estudiado, sostienen los analistas en estos asuntos del corazón.
Muy pocos son los privilegiados que pueden subir al escenario en pleno concierto y que la reina del pop les felicite el cumpleaños.
Si eres la hija de Madonna, todo es más fácil. Mercy James compartió el regaló por su décimo cumpleaños con todo el público que el sábado acudió al pabellón del American Airlines Arena en la ciudad de Florida. Mamá le ofreció un cupcake con una vela y la multitud se entusiasmó.
Entonces, en un gesto inédito hasta ahora, se conciliaron el mito y la mujer que sí, también respira detrás de las lentejuelas aunque muchos lo pongan en duda.
Mercy, adoptada en Malaui hace siete años, es uno de los cuatro hijos de Madonna. Sus hermanos son Lourde Leon (19), Rocco Ritchie (15) y David Banda (10). Cumplidos los 57, la material
girl se ha puesto manos a la obra para demostrar que es una madre de carne y hueso. Deprimida o no por el rechazo de Rocco, la diva ha entrado en campaña de cara a su próxima cita en los juzgados de Nueva York en la batalla judicial por su custodia. El adolescente, cansado de pasarse horas encerrado en los camerinos y de sentirse como un abalorio más del circo musical, decidió quedarse en Londres, junto a su padre, el cineasta Guy Ritchie.
Su desafío llegó al punto de que en las fiestas navideñas optó por seguir en Inglaterra, desoyendo la orden de un tribunal de Manha- ttan, por la que debía pasar esas fechas con su madre. La revisión del asunto está prevista para el próximo 3 de febrero.
Su tour Rebel Heart (corazón rebelde) llegó el fin de semana a Miami como último capítulo en su gira por Norteamérica, antes de viajar hacia Asia.
Afrontó su cita con ánimo de venganza, después de una semana de críticas respecto a su supuesta falta de compromiso en la gira. En sus actuaciones en Louisville o en Nashville (Tennessee), arrancó con dos horas de retraso. En Mia- mi sólo empezó con poco más de 60 minutos de demora. Y sobre el escenario se mostró mucho más conectada con la audiencia, dispuesta a dar batalla y no dejarse derrotar.
Un claro signo de su implicación fue otra innovación en su show. “Me moría de ganas por interpretar esta canción durante toda la gira y no lo he hecho hasta esta noche”. Es lo que confesó tras deleitar a la concurrencia con No
llores por mi Argentina, su tema bandera en la película Evita que ella protagonizó hace ya veinte años. Sonó a algo muy personal, una canción en la que se proyectó –“Evita fue una mujer fuerte, un corazón rebelde”– en una época difícil.
“Os doy a todos las gracias por vuestro apoyo en este tiempo de desafío”, proclamó. Lugo dejó escapar unas lágrimas.
Antes de su show, Madonna colgó en Instagram la carta que recibió de unos fans:
“Lloramos contigo, pero sabemos que saldrás adelante como siempre. Naciste como una leona y has vivido como una leona”.
La batalla por la custodia de Rocco, de 15 años y que rechaza vivir con ella, tendrá otro capítulo judicial