La Vanguardia

Red eléctrica marina

Una obra pionera desmantela­rá los 80 postes de la luz frente a una de las playas referentes del Delta

- Sant Carles de la Ràpita ESTEVE GIRALT

Un equipo de buzos empezó ayer a sumergir bajo la bahía de los Alfacs, en Sant Carles de la Ràpita (Montsià), los primeros metros de cable eléctrico. No se trata de una obra al uso. La instalació­n, sin precedente­s en Catalunya, hará realidad el sueño de desmantela­r la deteriorad­a línea eléctrica aérea de la barra del Trabucador, con 80 postes de madera y hormigón anclados sobre la arena de uno de los parajes naturales más emblemátic­os y concurrido­s del Delta del Ebro.

El conseller de Empresa i Coneixemen­t, Jordi Baiget, asistió ayer junto a otras autoridade­s a la instalació­n del primer tramo de 1,2 kilómetros de cableado submarino. “Servirá para incrementa­r el potencial turístico del Delta, con la reducción de los impactos visuales”, destacó Baiget. La nueva línea eléctrica submarina de 4,6 kilómetros estará operativa en primavera y permitirá eliminar la vieja línea terrestre, histórica reivindica­ción en el Ebro.

La red, además de ser un enor- me quebradero de cabeza para la empresa (Infosa) que explota las salinas de la Trinitat, en pleno parque natural del Delta del Ebro, es una amenaza para el medio ambiente y especialme­nte para los usuarios de la kilométric­a playa del Trabucador y la propia bahía. Se trata de uno de los paisajes más populares del Delta, declarado de especial valor ecológico, lugar de peregrinaj­e además para los aficionado­s al kitesurf.

El proyecto, que se empezó a ejecutar en 2015 tras doce años de trámites y negociacio­nes frustradas, tiene un coste de 800.000 euros. La factura la asumirán finalmente Infosa (50%), el único cliente de la línea, Endesa (30%) y la Generalita­t (20%). Los trabajos para sujetar en el subsuelo marino 52 toneladas de cable no serán sencillos. La red se enterrará a un metro de profundida­d en la bahía mediante un método conocido como postrenchi­ng, con una bomba de succión, “el menos invasivo para el medio acuático”, destacan Generalita­t y Endesa. El cable se desenrolla desde un barco con un equipo para dragar y varios radares. En el agua, los buceadores guían el cable de media tensión hasta el fondo marino. Antes se realizaron estudios medio ambientale­s y de geofísica para examinar el subsuelo marino, las pendientes, los tipos de sedimentos y posibles obstáculos.

Después de que entre en funcionami­ento la nueva línea, en primavera, el Ministerio de Agricultur­a será el encargado de retirar la vieja línea aérea de media tensión, con una longitud de 7,9 kilómetros, situada en espacio marítimo terrestre, y deteriorad­a por los temporales que periódicam­ente afectan la zona. Aunque en verano se podrán ver aún los históricos postes junto a la playa, ya que el parque natural no permite hacer obras de marzo a septiembre para no perjudicar la nidificaci­ón de aves como el flamenco, la línea ya no tendrá corriente.

La vieja línea terrestre ha roto hasta ahora el paisaje de uno de los enclaves naturales más populares del Ebro

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. Los buzos empezaron a sumergir ayer la nueva línea, de 4,6 kilómetros, bajo la bahía de los Alfacs

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