Red eléctrica marina
Una obra pionera desmantelará los 80 postes de la luz frente a una de las playas referentes del Delta
Un equipo de buzos empezó ayer a sumergir bajo la bahía de los Alfacs, en Sant Carles de la Ràpita (Montsià), los primeros metros de cable eléctrico. No se trata de una obra al uso. La instalación, sin precedentes en Catalunya, hará realidad el sueño de desmantelar la deteriorada línea eléctrica aérea de la barra del Trabucador, con 80 postes de madera y hormigón anclados sobre la arena de uno de los parajes naturales más emblemáticos y concurridos del Delta del Ebro.
El conseller de Empresa i Coneixement, Jordi Baiget, asistió ayer junto a otras autoridades a la instalación del primer tramo de 1,2 kilómetros de cableado submarino. “Servirá para incrementar el potencial turístico del Delta, con la reducción de los impactos visuales”, destacó Baiget. La nueva línea eléctrica submarina de 4,6 kilómetros estará operativa en primavera y permitirá eliminar la vieja línea terrestre, histórica reivindicación en el Ebro.
La red, además de ser un enor- me quebradero de cabeza para la empresa (Infosa) que explota las salinas de la Trinitat, en pleno parque natural del Delta del Ebro, es una amenaza para el medio ambiente y especialmente para los usuarios de la kilométrica playa del Trabucador y la propia bahía. Se trata de uno de los paisajes más populares del Delta, declarado de especial valor ecológico, lugar de peregrinaje además para los aficionados al kitesurf.
El proyecto, que se empezó a ejecutar en 2015 tras doce años de trámites y negociaciones frustradas, tiene un coste de 800.000 euros. La factura la asumirán finalmente Infosa (50%), el único cliente de la línea, Endesa (30%) y la Generalitat (20%). Los trabajos para sujetar en el subsuelo marino 52 toneladas de cable no serán sencillos. La red se enterrará a un metro de profundidad en la bahía mediante un método conocido como postrenching, con una bomba de succión, “el menos invasivo para el medio acuático”, destacan Generalitat y Endesa. El cable se desenrolla desde un barco con un equipo para dragar y varios radares. En el agua, los buceadores guían el cable de media tensión hasta el fondo marino. Antes se realizaron estudios medio ambientales y de geofísica para examinar el subsuelo marino, las pendientes, los tipos de sedimentos y posibles obstáculos.
Después de que entre en funcionamiento la nueva línea, en primavera, el Ministerio de Agricultura será el encargado de retirar la vieja línea aérea de media tensión, con una longitud de 7,9 kilómetros, situada en espacio marítimo terrestre, y deteriorada por los temporales que periódicamente afectan la zona. Aunque en verano se podrán ver aún los históricos postes junto a la playa, ya que el parque natural no permite hacer obras de marzo a septiembre para no perjudicar la nidificación de aves como el flamenco, la línea ya no tendrá corriente.
La vieja línea terrestre ha roto hasta ahora el paisaje de uno de los enclaves naturales más populares del Ebro