La Vanguardia

¿Los chefs de la posvanguar­dia?

El congreso Madrid Fusión sitúa la cocina en una evolución más tranquila y menos rupturista

- CRISTINA JOLONCH

Como cada año, algunos de los cocineros más creativos del planeta han acudido a su cita en Madrid Fusión para presentar lo último de lo último que se cuece en sus casas. Pero esta vez el congreso, que arrancó ayer su decimocuar­ta edición, se presenta con un enunciado que puede no gustar a todos: el lenguaje de la posvanguar­dia. ¿Se insinúa que aquello que cerca de un centenar de chefs mostrarán hasta mañana en sus ponencias ya no se considera vanguardia? La pregunta se la hacen a menudo críticos y aficionado­s que intuyen, desde que cerró El Bulli, la desacelera­ción de una revolución que tuvo su epicentro en este restaurant­e y que protagoniz­aron muchos de esos chefs que están estos días en Madrid. Lo novedoso es que sea en el escaparate que expone las tendencias donde se cuelgue el cartel de posvanguar­dia.

Para José Carlos Capel, crítico y presidente de Madrid Fusión, no hay motivos para ser pesimistas ya que la cocina creativa goza de excelente salud y se está haciendo un gran trabajo, aunque no todo sea, ni muncho menos, rompedor. “Negar la posvanguar­dia es negar la evolución. La cocina española de vanguardia fue absolutame­nte rupturista. Ahora nos encontramo­s en un momento que ya no es de ruptura, como lo fue la cocina de Ferran Adrià en El Bulli. Se ha dado media vuelta de tuerca; se mira a los productos, se mira al pasado, se recuperan técnicas milenarias y con una mirada hacia el futuro se busca la esencia de los sabores y que cada cosa, en el plato, tenga un sentido. Como ejemplo, la cocina de un chef como Ricard Camarena, que refleja esa transición hacia la búsqueda del sabor y de nuevas armonías”.

Ferran Adrià aceptó prestar su voz al protagonis­ta del vídeo de presentaci­ón del congreso, en el que se juega con el sentido del humor y donde un hombre prehistóri­co, creyéndose el último de su especie, se pregunta si después de él “crearán como hice yo”. Adrià, que no asiste a congresos desde que cerró El Bulli, explicó ayer a La Van- guardia que nunca los chefs han creado tanto como ahora. “Los cocineros de hoy son los mejores de la historia. Pero no se puede pedir que haya un fenómeno disruptivo cada semana en la cocina. Hay que disfrutar del momento que se vive y no obsesionar­se con la búsqueda de vanguardia­s”. Según él, son poquísimos los cocineros en el mundo que hacen auténtica vanguardia. “Son aquellos que arriesgan su restaurant­e, que son capaces de perder su negocio para hacer algo en lo que creen”.

¿Qué es la posvanguar­dia? El chef Andoni Luis Aduriz, quien apuesta claramente por la innovación, asegura que no lo sabe. “Bastante tengo con tratar de avanzar, sin saber nunca si vas por buen camino”, bromea. Insiste el artífice de Mugaritz en que el camino de la innovación es el más costoso. “Es mucho más fácil invertir dos mil horas al año en ver lo que se ha consolidad­o en otras casas y aquello que de verdad funciona y por dónde merece la pena ir, que invertir quince mil horas al año a la creativida­d, como hacemos en Mugaritz, sin tener nunca la certeza de haber acertado en el camino. En cualquier caso, hasta transcurri­do un tiempo no puedes saber si aquello que estabas haciendo ha llegado a influir a otros y ha sido, por tanto, verdaderam­ente vanguardia”.

Si el término posvanguar­dia a algunos les parece rimbombant­e, aún llama más la atención el que sugiere Adrià para definir el momento actual: ahora tendríamos que hablar de nouvelle cuisine tecnoemoci­nal, porque hay una confluenci­a de las dos últimas revolucion­es, la de la nouvelle cuisine francesa y la de la cocina tecnoemoci­onal, que surgió en España y tuvo su epicentro en la cala Montjoi. Adrià sugiere este término para describir una evolución que cree que aún hay que estudiar en profundida­d. “Porque la cocina necesita analistas y aún no sabemos qué tiene cada chef de cada uno de esos dos movimiento­s”.

Es tiempo de reflexión. O así lo ve el cocinero malagueño Dani García, que presenta en Madrid los platos de la temporada que acaba de arrancar en su restaurant­e. “El nivel sigue siendo altísimo, pero no tiene nada que ver con los tiempos en que la revolución estaba en pleno apogeo. Creo que sigue habiendo vanguardia, pero no es revolucion­aria”. Eso mismo apunta Oriol Castro, convencido de que se ha bajado el ritmo pero sigue habiendo vanguardia. Si no, ¿qué hacen Aduriz, Roca o Ángel León, por ejemplo? Si Adrià habla de nouvelle cuisine tecnoemoci­onal su amigo Joan Roca señala hacia una vanguardia posmateria­lista, que aparta el foco de las técnicas y los productos y aboga por las emociones: “La vanguardia del compromiso social, de difundir conocimien­to”.

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J.J. GUILLÉN / EFE Ricard Camarena , según el presidente de Madrid Fusión, uno de los cocineros que exploran caminos nuevos en busca de la esencia del sabor
 ?? J. J. GUILLÉN / EFE ?? Algunos de los participan­tes en Madrid Fusión, en la presentaci­ón del congreso, con Manuela Carmena
J. J. GUILLÉN / EFE Algunos de los participan­tes en Madrid Fusión, en la presentaci­ón del congreso, con Manuela Carmena

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