La Vanguardia

‘Hispanos’ en el diván

Los claroscuro­s de España en la debacle ante Dinamarca disparan las dudas

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La suerte del deporte es que tienes poco tiempo para flagelarte; al día siguiente puedes enmendarlo”, dice Carlos Viver, entrenador del Fraikin Granollers, después del tropiezo de la selección española el domingo contra Dinamarca en el Europeo. Una derrota no dramática, pero que le complica el camino hacia las semifinale­s –tiene que ganar los dos partidos, hoy a Hungría (18.15 h) y mañana ante Rusia, y depende del Dinamarca-Alemania del miércoles–, y que ha generado dudas sobre la fortaleza de los hispanos, sus recursos y sus herramient­as tácticas. La Vanguardia analiza el juego de la selección con la visión de tres técnicos: Carlos Viver, Xavi Pascual y Xesco Espar.

Corrección defensiva.

El pilar fundamenta­l de España es la fortaleza defensiva, con la pareja Viran-Gede en el centro del 6:0. Con la baja del alicantino, Cadenas introdujo un 5:1 que le funcionó bastante bien. “Sorprendió de salida a Dinamarca; España se sintió a gusto y tenía un buen apoyo en la portería con Sterbik”, subraya Viver. “Arpad aguantó a la selección, pero no era normal que parase tanto”, interviene Pasqui. El portero llevaba 10 paradas en 21 tiros, un 47% de efectivida­d en el descanso. El cambio al 6:0, con Viran y Cañellas en el centro, no contuvo los latigazos daneses en el segundo tiempo. Y aún suerte de Sterbik, que mantuvo el nivel (45%). Pero decía que había echado de menos a Gede Guardiola.

Bloqueo inesperado.

El principal motivo de la derrota ante Dinamarca fue el 0-7 que recibió España, al quedarse 12 minutos en blanco. Cadenas atribuía el desplome a “la mejora defensiva danesa, se cerraron más con el pivote y estuvieron más contundent­es”, con permisivid­ad arbitral, se quejaba el leonés. Coincide en parte Pascual, que encuentra una explicació­n en el mérito del rival, más que en el demérito español. “Hay que tener en cuenta que el rival también juega, y este tiene mucho potencial: Dinamarca supo cortar el contraataq­ue español, estuvo muy bien en el 6:0 y Landin paró muchísimo (17/40, un 43%). Si España no estuvo fluida en ataque fue por la buena tarea defensiva danesa. Ante defensas que juegan muy fuerte y son muy contundent­es te hace falta chut exterior para desarticul­arlas”, concluye. Para Viver fue un accidente, una cuestión de falta de acierto: “A veces falta efectivida­d; en la segunda parte no estuvieron bien. Lástima del parcial 0-7, al cual no reaccionar­on, y no porque Cadenas no buscara soluciones”. Aunque, según Viver, una interesant­e, como el relevo de Cañe por Del Arco, “llegó tarde”.

Recursos ofensivos.

Más allá de la derrota, el partido dejó al descubiert­o algunas carencias de los hispanos. Un déficit histórico es el lanzamient­o exterior, admitido por el propio Cadenas. “Ofensivame­nte, a la se- lección le falta talento en la primera línea; los lanzadores son un poco flojos, Maqueda, Dujshebaev o Antonio García... Faltan lanzadores potentes en los laterales”, opina Espar. “Estábamos acostumbra­dos a los laterales de gran potencial del Barça o del Ciudad Real, como Nagy, Alberto Entrerríos o Rutenka, y no salen tantos españoles. España echa de menos lanzadores como Alberto”, resume Xesco. Sin embargo, para Viver y Pascual, “España tiene buenos lanzadores exteriores, como Antonio Gar- cía, Del Arco, Maqueda y Cañellas” –dice el granollere­nse– “pero no grandes cañoneros de 11 metros”, puntualiza el barcelonés. “Y como aquí no hay, eso nos limita tácticamen­te: un entrenador escoge los sistemas en función de los jugadores que tiene”.

Diversidad táctica.

La reflexión de Pasqui abre otro debate: ¿es demasiado previsible la selección de Cadenas? Para Espar no hay duda. Así lo argumenta: “Es un juego poco elaborado, simple, muy basado en el contraataq­ue –que no pueden lanzar si los defienden muy bien–, o bien hacen una única acción: normalment­e buscan el cruce en la primera línea o un bloqueo del pivote para tener un lanzamient­o claro o para buscar a Julen, pero si se acaba allí ya no continúa, cuando habitualme­nte tendrías que buscar otra solución”. Según Viver, España “está en su línea habitual, bien en la portería, con buena defensa, y en el pivote tiene uno de los trabajos tácticos más ricos del mundo, pero cuando tapan a Julen hace falta que la primera línea esté mejor, cuesta encontrar la regularida­d”, admite el granollere­nse.

Liderazgo intermiten­te.

Una de las figuras menos lucidas en España es la del líder del grupo, el jugador que tira del carro cuando el equipo se atasca. Según Viver, en los hispanos “hay bastantes jugadores líder; Raúl Entrerríos y Cañellas acaparan el liderazgo en la pista y en el vestuario, pero quizás no se percibe desde fuera”. También lo cree así Pasqui: “Creo que hay jugadores de mucha calidad, auténticos líderes como Arpad, Raúl, Cañe o Julen, pero a veces las cosas no salen bien. No creo que sea un problema de liderazgo, ni de calidad ni de entrenador”. Xesco, sin embargo, cree que “falta un hombre resolutivo, que haga de líder, y en eso Cañellas no acaba de dar el paso adelante que esperábamo­s, aunque tiene mucha capacidad para hacerlo”.

Buenas expectativ­as.

A pesar del batacazo, España tiene potencial para llegar a semifinale­s. “Iba por el buen camino, pero unos factores no funcionaro­n (el ataque) y eso puede inducir a pensar que todo es más grave. Hay que tener confianza en este grupo, aún tiene recorrido”, concluye Viver.

TONI LÓPEZ JORDÀ LA FALTA DE TIRO EXTERIOR “Ante defensas muy contundent­es necesitas tiro exterior para desarticul­arlas”, analiza Pascual

UN VOTO DE CONFIANZA Para Viver, “hay que tener confianza en el grupo, aún tiene recorrido; sólo le faltó efectivida­d”

LA FIGURA DEL LÍDER “Falta un hombre resolutivo, que haga de líder, y Cañellas no acaba de dar ese paso”, considera Espar

 ?? MACIEJ KULCZYNSKI / EFE ?? El emparedado de Maqueda, bloqueado por el Mikkel Hansen y Jesper Noddesbo, ilustra las dificultad­es ofensivas de España
MACIEJ KULCZYNSKI / EFE El emparedado de Maqueda, bloqueado por el Mikkel Hansen y Jesper Noddesbo, ilustra las dificultad­es ofensivas de España

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