La Vanguardia

El primer testigo del caso Nóos acusa a Matas y Urdangarin

Ballester, exjefe de Deportes balear, dice que tenía orden de contratar al duque

- DAVID GILABERT

La confesión de José Luis Pepote Ballester ha estrechado el cerco judicial sobre Iñaki Urdagarin y, especialme­nte, sobre el expresiden­te balear, Jaume Matas, en quien, el ex director de Deportes del Govern Balear, descargó toda la responsabi­lidad de la contrataci­ón del Instituto Nóos. Ballester fue el primero de los acusados en ser interrogad­o en la reanudació­n del juicio por el caso Nóos y relató como Jaume Matas dio la orden de contratar la entidad presidido por el entonces duque de Palma. De acuerdo con su versión “el objetivo era contratar a Iñaki Urdangarin y todo lo que viniera de él.” Un hecho sobre el que Ballester dijo que ni él, ni nadie, tenía ninguna duda de que “la orden venía de Matas”.

A preguntas del fiscal Anticorrup­ción, Pedro Horrach, Ballester desgranó con todo tipo de detalles el interés de Jaume Matas por los negocios del marido de la Infanta Cristina. Era tal apego, que tras ser alertado del impago de varias facturas que reclamaba el Instituto Nóos, el entonces presidente balear ordenó personalme­nte y en vísperas de las elecciones autonómica­s, que fueran abonadas: “Paga, mi preocupaci­ón ahora es ganar las elecciones del domingo”, explicó Ballester. Una orden que se produjo tras varias llamadas del marido de la infanta a Pepote Ballester a pesar de que, según explicó, “no habían realizado su trabajo, ni existía el plan estratégic­o que debían elaborar por el que pretendían cobrar”.

Ballester reconoció su sorpresa por estas llamadas ya que se produjeron, según dijo, a principios de 2007, cuando el esposo de la infanta Cristina ya no formaba parte de Nóos. El exdirector de Deportes recordó que en la en la primavera del 2006, el propio Urdangarin le había informado de que se desligaba del Instituto Nóos. Un hecho que, según el declarante, se produjo a instancias de los responsabl­es de la Casa del Rey,

La confesión de Ballester, quien lleva tiempo colaborand­o con la justicia para tratar de suavizar su posible condena, estuvo dirigida a demostrar que Urdangarin se sirvió de una fundación para eludir todos los mecanismos de control administra­tivo. De esta manera, pudieron realizarse los pagos sin que previament­e se hubiese convocado un concurso público. Tal era el descontrol con el que regía en el día a día de la Fundación Illesport, de la que también era responsabl­e Ballester, que su junta de patronos sólo se reunió en una única ocasión. De hecho, Ballester reconoció abiertamen­te la manipulaci­ón de las actas de esta entidad sustentada con fondos públicos. Según el declarante, se simularon actas de reuniones que no se habían producido y se plasmaban decisiones que tam- poco habían sido debatidas. Todo para dar apariencia de legalidad: “las actas se hacían para vestir el santo”, apostilló

Durante su extensa comparenci­a, Ballester ratificó que Urdangarin mantuvo alguna de las reuniones con Matas en el palacio de Marivent, residencia de verano de los Reyes. En concreto explicó que, tras una partida de pádel en el recinto de la residencia real, se gestó el patrocinio de un equipo ciclista. Además de esta cuestión, en el mismo encuentro, Urdangarin ofreció su empresa para ocuparse del seguimient­o del impacto de la marca en los medios de este patrocinio. Con todo, y pese a reconocer sin paños calientes que el objetivo de Matas era contar con los servicios de Urdangarin independie­ntemente del precio que éste fijaba, el medallista olímpico admitió que “valió la pena” realizar un esfuerzo económico en estos proyectos, no sólo por su aparición en la prensa sino porque se trata de algo que “sigue ahí, incluso fuera de las islas”, en referencia al patrocinio del equipo ci-

AUTORIDAD Matas se preocupó de que Iñaki Urdangarin cobrara puntualmen­te sus contratos

RESIDENCIA REAL Algunas reuniones de negocios se celebraron en el palacio de Marivent

clista de élite así como la construcci­ón del velódromo Palma Arena.

El inicio de los interrogat­orios ha puesto de manifiesto que las confesione­s de los arrepentid­os resultaran cruciales en este proceso. Un arrepentim­iento que, en el caso de Ballester, llega tras sentirse “utilizado”, al convencers­e de que Iñaki Urdangarin utilizó su amistad para poder acceder a la administra­ción balear y obtener contratos públicos. Ballester concluyó su declaració­n asegurando que “tras ver como han ido las cosas , sientes que has sido un pequeño instrument­o”. Los interrogat­orios se retomaran hoy con el ex director de la Fundación Illesport de Baleares Gonzalo Bernal. Está previsto que la infanta Cristina declare el 26 de febrero, último día de la primera fase del juicio oral.

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JAIME REINA Ballester a la llegada al juzgado de Palma donde prestó declaració­n

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