La Vanguardia

Publicidad morosa

Una empresa renunció a la campaña de anuncios del 9-N ante el temor de no cobrar de la Generalita­t

- SANTIAGO TARÍN

Los procesos penales tienen el problema que en ellos sale a relucir aquello que tiene relevancia penal y otras cosas que no, pero que no dejan de tener su interés histórico, o sociológic­o, o sentimenta­l, o ser simplement­e curioso. La causa del 9-N no es una excepción: entre la documentac­ión entregada al Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) consta la carta de una agencia que renuncia a llevar a cabo la campaña de publicidad institucio­nal para la jornada por temor a que la Generalita­t no le pague.

Joan Manel Abril, el magistrado del TSJC que instruye la causa del 9-N, recibió la semana pasada la documentac­ión relativa a la publicidad institucio­nal para la jornada participat­iva, que había solicitado a las empresas y a la Generalita­t. Así, consta el primer informe de Presidènci­a sobre el alcance de la campaña, que comprende insercione­s en prensa escrita, en medios digitales, salas de cine, anuncios en autobuses y cartelería, con un presupuest­o de 672.680 euros y con trámite de urgencia. Dicho documento lleva fecha del 23 de octubre del 2014.

Las agencias escogidas son, siempre según esta resolución, en primer lugar Zenith Media y en segundo Media Planning.

Pues bien, ese mismo 24 de octubre, una directiva de Zenith remite un correo electrónic­o a Presidènci­a comunicánd­ole que no se harán cargo de la campaña. ¿El motivo? El riesgo de no cobrar. “Nos vemos obligados a renunciar a la petición de encargo”, se puede leer en esta misiva. Motivo: “En la última evaluación de riesgos de la Generalita­t de Catalunya, su exposición general, límites de crédito y estado del co- bro de cuentas en el pasado, ha empeorado la incertidum­bre respecto a los riesgos de cumplimien­to en los términos de futuros pagos. (El grupo) no permite que sus oficinas y delegacion­es financien las campañas de sus clientes, lo cual impide proceder con este expediente”.

El contrato pasó entonces a Media Planning, quien lo llevó a cabo por el presupuest­o inicial; esto es 672.680 euros (666.499 más IVA). Según consta en la certificac­ión remitida al magistrado por la consellerí­a d’Economia, la jornada costó en total 1.954.563,9 euros, siendo la partida más abultada, precisamen­te, la publicidad, con un montante de 806.403,52 euros.

La investigac­ión está prácticame­nte concluida a falta de dos informes que faltan por llegar al TSJC. Ahora bien, la aparición de una carta de Francesc Homs ordenando continuar con los trabajos con posteriori­dad a la providenci­a del Tribunal Constituci­onal que impedía la consulta arroja la duda de si se le debe incluir en la lista de investigad­os, en la que están Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau. En caso de que Abril prevea que los indicios son sólidos, deberá elevar el asunto al Tribunal Supremo, toda o sólo lo que afecta al exconselle­r, porque Homs es actualment­e diputado en el Congreso.

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