La Vanguardia

Más allá de los límites de la paciencia

-

Cuando no es una sistema de señalizaci­ón que salta por los aires es el incendio de una subestació­n eléctrica, el robo de unos cuantos metros de cable predestina­do a acabar en algún taller del Lejano Oriente, el cuelgue de los sistemas informátic­os, la caída de una arcaica cuaternari­a (dícese de las catenarias del inicio de la era cenozoica, muy comunes en Barcelona y alrededore­s). O, como ayer, un incendio que esconde un drama social (la Barcelona de la miseria que se oculta a escasos metros del fotogénico mercado de los Encants y de la torre Agbar), un suceso que, afortunada­mente, pasó de madrugada y que fue provocado por el total abandono de las instalacio­nes de la red ferroviari­a metropolit­ana. Las incidencia­s en Rodalies son el pan de cada día, la pesada cruz que se ven obligados a cargar cada día decenas de miles de personas que viven o trabajan fuera de la capital. Tanto retraso, tanta interrupci­ón de servicio, tanta desvergüen­za de los responsabl­es de hacer que los trenes funcionen con unos mínimos de dignidad, han acabado por convertir en algo habitual lo que debería ser una rara excepción. Esperemos que la determi- nación del nuevo conseller de Territori, decidido a hacer de la mejora de Rodalies –traspasada­s o no– su prioridad número uno y casi única, sea una señal de cambio. Confiemos en que el viernes, cuando se inaugure el metro al aeropuerto, dentro de un par de años, cuando entre en funcionami­ento el ramal de la Zona Franca, o algún día, si un tranvía de dudosa rentabilid­ad social circula por en medio de la Diagonal, los políticos de uno y otro signo no se pavoneen con medallas de latón y se convenzan de que si de verdad aspiran a que el área metropolit­ana de Barcelona sea sostenible en términos de movilidad donde hay que actuar es en Rodalies.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain