La bailarina de la risa
Sílvia Abril se reúne de nuevo con Andreu Buenafuente en el Canal #0 para hacer reír en tiempos de crisis
Sílvia Abril procede de la factoría teatral Els Comediants, seguramente la que más humoristas ha suministrado a la televisión. Nacida en Mataró, ciudad vecina de Barcelona que tuvo el primer tren de España y un tranvía legendario y surrealista, parecía predestinada al oficio de hacer reír. Estudiante de Derecho sin vocación de jurista, dejó las leyes para formarse en el Instituto del Teatro de Barcelona. Y tras rondar por los escenarios, se hizo célebre en el programa Homo zapping, en el que destacó por sus imitaciones y parodias de señoras famosas de la televisión. Su carrera televisada ha discurrido por programas como Las cerezas, Divinos, Buenafuente, La que se avecina, La escobilla nacional, Caiga quien caiga, Me resbala y Tu cara me suena, donde fue tan valorada por el público y la crítica que se ganó su presencia para el año que viene. Siempre con la risa por delante, participó en tres películas de Torrente, en Lo mejor que le puede pasar a un cruasán y en Spanish Movie, entre otras de menor proyección.
Mujer de lengua rápida y larga, dice lo que piensa casi sin pensarlo y sin importarle el quedar bien. Desenvuelta y algo alocada, le van el sarcasmo, la gamberrada y el chiste rápido. Nada militante de la formalidad, no constan premios en su currículum. Tal vez porque una vez dijo que nunca presentaría la ceremonia de los Goya porque es un tostón, nadie le ha ofrecido presentar los premios Gaudí porque son otro tostón en catalán, ni los de la Academia de
TU CARA ME SUENA (ANTENA 3) / Televisión, que son más de lo mismo. Consciente de que sus papeles no son políticamente correctos, le atraen los personajes frikis y salidos de página y de guión. Como la “niña de Shrek” que se inventó, con bigote, cabellos de perroflauta y dientes de okupa alérgica al dentífrico. Tendente al humor catalán surrealista y algo escatológico, confiesa que hacer reír a los demás le da de comer y sentido a su vida. Admiradora de Monty Python, vive y trabaja rodeada de la generación de humoristas que han cambiado la televisión de este siglo. Compañera laboral y sentimental de Andreu Buenafuente, le hizo padre de una niña, y ahora se reúnen de nuevo en Late motiv, el late show de Buenafuente en el nuevo canal #0 de Movistar, que antes fue Canal+.
Camaleónica como es, se califica de mujer normal, que para ella significa ni modelo ni troll. Le gusta romper con la idea tradicional de la entrevista y descolocar a sus entrevistados, que siempre acaban parodiados. Convencida de que en épocas de crisis es cuando más humor se necesita para evadirse y olvidarse de la realidad, su modo de actuar evoca aquellos espejos deformantes del esperpento. Pese a tanto bien hecho, sus admiradores siempre la recordarán como Gráfica, la bailarina torpe vestida de rosa que el año 2008 acompañó en el festival de Eurovisión a Rodolfo Chikilicuatre, personaje inventado como parodia del reggaeton y del propio festival. TVE y los fans de Eurovisión nunca se lo han perdonado, pero muchos espectadores de risa se descacharraron.
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