La Generalitat apuesta por vincular el aeropuerto con un creador universal
La Conselleria de Cultura pide que el cambio se decida “con el máximo consenso”
La Conselleria de Cultura ve como una gran oportunidad vincular el nombre del aeropuerto de Barcelona-El Prat con el de un creador universal catalán para dar a Catalunya una dimensión cultural reconocible en todo el mundo. “Los aeropuertos son grandes plataformas de difusión y promoción internacional de los espacios donde están ubicados, por lo cual aprovechar este hecho para proyectar territo- rios o elementos culturales y/o turísticos es siempre una buena oportunidad para posicionarse en el mundo”, dicen fuentes de Cultura.
La iniciativa ha surgido para rebautizar el aeropuerto con el nombre de Miró. “No entramos –dice la Generalitat– a valorar propuestas concretas, sino que apostamos porque cualquier denominación que se quiera incorporar al aeropuerto de Barcelona-El Prat se haga con el máximo acuerdo y consenso territorial”.
Este diario intentó los dos últimos días sin éxito conocer cual es la postura del ayuntamiento de Barcelona en este asunto.
Joan Gardy Artigas, que colaboró con Joan Miró y su padre, Josep Llorenç Artigas, en numerosos murales, dice que “la iniciativa es una idea estupenda y a Miró le hubiera hecho mucha ilusión. Hace ya muchos años que se propuso poner el nombre de Miró al aeropuerto, pero hasta ahora no se ha conseguido nada”.
El nombre del artista está vincu- lado ya al turismo, la nueva vocación barcelonesa. El artista nació en el pasaje del Crèdit, 4, en una casa integrada hoy en el hotel Rialto, habitación 330. Tuvo que abandonar Barcelona durante la Guerra Civil y, tras huir de los nazis en Francia, logró encontrar refugio en Palma, la tierra de su madre y de su mujer, a salvo de represalias políticas. Célebre ya mundialmente, Barcelona no le organizó una gran exposición hasta 1968. Su coherencia ideológica pudo más que la ilusión por reencontrarse con su ciu- dad natal y, al enterarse, en el último momento de que Manuel Fraga Iribarne presidiría la inauguración, anuló su viaje para no tener que estrechar la mano del ministro franquista. Fue entonces cuando urdió su proyecto de dar a Barcelona su fundación, diseñada por Sert, y tres obras para recibir al visitante por tierra, mar y aire. Se hicieron dos. La del aeropuerto y el mosaico de La Rambla. Faltaba la tercera, que debía recibir al visitante que llegara por carretera. Se había decidido ya el lugar, el parque Cervantes, en la Diagonal, pero al final no se hizo. “El gesto de Miró indica su espíritu generoso y su amor por Barcelona. La tercera obra no se llegó a hacer porque, creo recordar, el Ayuntamiento la consideraba muy cara y dijo que no tenía dinero. Pensada para Barcelona, la hizo al final para un antiguo encargo de Chicago (costó 250.000 dólares), y la maqueta se conserva en la Fundació Miró”. La escultura, de cemento, acero, bronce y cerámica es conocida con el nombre de Miss Chicago o Lune, soleil et une étoile y está ubicada en Brunswick Building Plaza.
Joan Gardy Artigas, que trabajó con Miró en los hornos coreanos instalados en la Fundación de Gallifa cree que trasladar el mural mironiano a la nueva terminal es técnicamente posible, pero opina que sería una operación compleja, “ya que las piezas están muy pegadas al muro y sería más fácil crear un mural nuevo”.
Sobre qué nombre le parece mejor, si el de Gaudí o el de Miró, Joan Gardy Artigas dice: “Gaudí me parecería bien, claro, aunque creo que sería más coherente el de Miró, porque él nació en Barcelona, fue siempre enormemente generoso con su ciudad y ya hay un mural suyo en el aeropuerto”.
Gardy Artigas recuerda el proyecto de Miró de realizar tres obras que recibieran al visitante por tierra, mar y aire