Risa a bofetadas
José Mota podría repetir sus personajes más populares hasta la extenuación: prefiere asesinarlos. Ya se cargó al muy celebrado tío de la vara, y anteanoche eliminó al Fumi de Morata, en el retorno de José Mota presenta... (La 1, 22 h.). A José Mota le gusta experimentar con su humor, construir posibilidades cómicas nuevas. Por esto me ha interesado el retorno de su programa, del que me gustó el empleo cómico de la violencia. De entrada, Esperanza Aguirre atropella y mata con su coche al Fumi, ese personaje jeta, parásito, vago, bebedor y vividor que había popularizado expresiones como “a mesa puesta”, “a cuerpo de rey” o “no te pido que me lo superes: ¡iguálamelo!”. Y de la docena de sketches que componen este programa, me han gustado otro par de chanzas de violencia hilarante: un músico y boxeador negro atiza una paliza a un profesor de colegio que ha querido castigar a un niño, y el chaval asiste impertérrito al varapalo. En otro sketch, Mota parodia a Jesús Calleja en su Planeta Calleja, al que ha invitado al periodista García Ferreras.., para empujarle a propósito y despeñarle por un precipicio. Merece aplauso el actor que encarna a Ferreras: es el mismo que en otro sketch logra una imitación sorprendentemente certera del Bertín Osborne de En la tuya o en la mía (La 1), un Bertín desparramado, borrachín y jocoso. Es que las copas de vino que se sirve el Bertín Osborne real en su programa amenazan con convertirle en una caricatura de sí mismo.., muy bien recogida aquí. De todos modos, mi sketch favorito de esta primera entrega, en el que identifico al Mota más creativo –al Mota que gusta de combinar elementos reconocibles de la realidad para retorcerlos hasta la risa–, es el del confesionario: después de confesarse, un parroquiano es entrevistado por periodistas, con los mismos tonos y giros que emplea un ciclista después de una etapa del Tour o un futbolista después de un partido. Es muy divertido ver al recién confesado comentando su confesión –“me he visto bien, más suelto en los últimos momentos, pensando en los pecados de la semana que viene...”–, como un deportista en una entrevista rutinaria que acaba... muy violentamente: al periodista le disgusta una respuesta del entrevistado y le corre a bofetadas. Me he reído a pierna suelta, y he pensado que así merecerían terminar algunas entrevistas deportivas de verdad... Es humor, ¿eh?
GRISO Y DALMA. Susana Griso ha estrenado Dos días y una noche (Antena 3, viernes noche), un programa de entrevista-reality de convivencia, al estilo de El convidat de Albert Om o de En la tuya o en la mía de Bertín Osborne. Como Albert Om, Susana Griso decide convivir todo un fin de semana con su entrevistado (Sergio Dalma en esta primera entrega). “Me siento observado”, dice Dalma en cierto momento, desvelando el teatro en el que está, mientras cocina en su casa: Dalma y Griso comen juntos, reman en el Retiro, toman copas con la mánager, comparten un ensayo... No descubrimos grandes secretos de Dalma-Capdevila (más allá de que su mánager fue su pareja durante nueve años), porque Susanna Griso –delicada, dulce y afable, una huésped que te llevarías a casa– hace bien su trabajo: consiste en obtener un retrato agradable del personaje, grato a sus ojos, y que nada chirríe. A cambio, Dalma nos imita a la perfección a Joan Manuel Serrat, y todos contentos.
El imitador consigue una certera parodia de Bertín, recoge muy bien su jocoso y etílico desparrame