Morriña del 10
Es posible que ver de cerca la camiseta del Celta recuerde a Luis Enrique el fichaje frustrado que pidió para el mercado de invierno. Nolito no es hoy del Barça solamente porque las cuentas del club no lo permiten y, sin embargo, tampoco juega en el Celta porque una lesión muscular que debía tenerle cuatro semanas de baja se ha prolongado hasta los dos meses. El caso es tan misterioso que el médico gallego compareció esta semana para asumir la responsabilidad de la demora y evitar que en Vigo piensen mal del futbolista, quien se desvivía por regresar a Barcelona. En ausencia del goleador andaluz, el Celta sólo ha ganado dos –y ha perdido cinco– de los ocho partidos de Liga que ha jugado, y ha caído de la cuarta posición –a 4 puntos del Barça– hasta la séptima, a 19 puntos de los culés y a 10 de la cuarta plaza que da derecho a jugar la Champions. El Barça sigue ganando sin Nolito; el Celta, no.
APUESTA FALLIDA.
La caída viguesa no tiene sólo que ver con Nolito. Berizzo dio prioridad a la Copa del Rey, pero no todas las plantillas tienen profundidad suficiente para competir miércoles-domingo. La apuesta iba bien hasta la funesta segunda parte en Sevilla, que les dejó virtualmente eliminados. Aun así, el Celta intentó la remontada el jueves en Vigo. Hoy, los gallegos llegan al Camp Nou tocados física y anímicamente, y sin rastro de la delantera –Orellana, Aspas y Nolito– que zarandeó al Barça en la primera vuelta. Tampoco está Augusto, traspasado al Atlético. En cambio, el Barça no puede estar más fresco. Berizzo no negocia la intensidad y el atrevimiento pero tiene difícil repetir la sorpresa.
LA NARIZ DE LUIS ENRIQUE.
El asturiano dijo en su día que solamente contaba con los jugadores del filial por narices, y ahí sigue. A Valencia se llevó seis jóvenes pero sólo Sergi Samper fue titular en Mestalla. Cámara y Kaptoum jugaron 15 minutos al final, pocos pero suficientes para parir el gol del empate. Si los chavales no juegan ni con una renta de 7-0, llevarse al prometedor juvenil Aleñà suena a pose.