Swift, contra la misoginia en los Grammy
A diferencia de los Oscar, en los premios de la música no hubo debate racial
No faltará quien se queje de que la actuación de Adele no estuvo a la altura de las circunstancias, o quien diga que The Weeknd, cuyo verdadero nombre es Abel Makkonen Testaye, aburrió a la audiencia en el Staples Center con su interpretación de su tema In the night, hasta el punto de que terminaron prestando más atención a su complejo peinado que a la música. Que Lady Ga- ga se apuró demasiado al intentar homenajear a David Bowie cantando fragmentos de 10 de sus temas en 6 minutos y que incluso Justin Bieber desilusionó al intentar transformar su tema Where are U now de ligeramente futurista a rock alternativo. Pero la gala en la que se celebró la edición número 58 de los Grammys en el Staples de Los Ángeles el domingo por la noche y que en Estados Unidos transmitió en vivo la cadena CBS fue un ejemplo de lo que la que tendrá lugar en exacta- mente dos semanas quisiera ser: un show multicolor en el que John Legend y Common, Bruno Mars y Pitbull, Ellie Goulding y Tori Kelly fueron colores diversos que reflejaron el crisol de razas que compone la nación norteamericana, y en donde no hay debate racial cuando se trata de tocar música. Es cierto que Kendrick Lamar ofreció el número más potente de la noche, entrando en el escenario, súbitamente convertido en una prisión, encadenado junto a los cuatro integrantes de su banda, para entonar The Blacker the
Berry, un tema cargado de crítica social para luego continuar su actuación delante de un mapa de África con Alright, que también habla de la dura situación de los afroamericanos en Estados Unidos. Pero eso fue todo, y en el resto de la gala se pudo ver una armonía que a la Academia del Cine le costará años lograr. Cuando llegó el momento de homenajear a Lionel Richie, fue Demi Lovato la que más brilló interpretando uno de sus temas, con la excepción, claro, de cuando fue el propio Richie el que subió al escenario a cantar con todos.
Como show televisivo, los Grammy son antes un gran concierto que una entrega de premios, pero también hubo lugar para las grandes sorpresas y las celebraciones. Ciertamente Taylor Swift no esperaba llevarse el preciado galardón al álbum del año después de haber ganado mejor álbum de música pop, pero aprovechó el momento para saldar una vieja deuda. Sin dudarlo, dijo ante el micrófono con el Grammy en la mano: “Quiero decir a todas las jóvenes mujeres presentes: encontraréis a lo largo del camino a gente que tratará de desvalorizar los éxitos y atribuirse logros. Pero si os concentráis en el trabajo y no permitís que esa gente os haga perder el rumbo, un día llegaréis a vuestro destino. Miraréis a vuestro alrededor y sabréis que habéis sido vosotras quienes lo habéis logrado. Y ese será el mejor sentimiento del mundo”, dijo sin pestañear y sin mencionar nombres, aunque toda la audiencia sabía que se refería a Kanye West, con quien sostiene una larga disputa en la que él se atribuyó el haberle hecho famosa.
Aunque perdió en el gran premio frente a Swift, Lamar fue el otro gran triunfador de la noche, al llevarse un total de cinco galardones, si bien uno solo, al mejor álbum de hip hop, le fue entregado durante la porción televisada de la ceremonia. Mark Ronson obtuvo el preciado Grammy al single del año por Up
town funk, y Ed Sheeran ganó otro de los premios más importantes, el de canción del año por Thinking out
loud. La banda Alabama Shakes se marchó del Staples tras una noche inolvidable, ganando cuatro premios, incluyendo mejor canción de rock y mejor álbum alternativo y Meghan Trainor lloró de emoción durante todo su discurso de aceptación tras recibir el Grammy a la mejor nueva artista.
Quiero decir a todas las jóvenes mujeres presentes: encontraréis a lo largo del camino a gente que tratará de desvalorizar los éxitos y atribuirse logros. Pero si os concentráis en el trabajo y no permitís que esa gente os haga perder el rumbo, un día llegaréis a vuestro destino”. Kendrick Lamar ofreció el número más potente, en un escenario convertido en una prisión