Sánchez acelera pactos con C’s ante el bloqueo de Podemos
Las dos formaciones sólo brindarán la abstención si el PSOE garantiza la consulta
“Al unísono”, los portavoces de Esquerra y Convergència en el Congreso, Joan Tardà y Francesc Homs, dijeron a Pedro Sánchez que sólo “se plantearían” la posibilidad de abstenerse en la votación de su investidura si garantizara el referéndum sobre la posible independencia de Catalunya. El secretario general del PSOE les respondió que no hay caso, pues a su juicio ese referéndum “no tiene cabida” en la Constitución y lo que procede es reformar la Carta Magna, aunque “no para trasladar una decisión a los catalanes” sino para alumbrar un acuerdo que sea votado por todos los españoles y pueda dar lugar a “un nuevo Estatut” de Catalunya que sería sometido al sufragio de los catalanes.
Homs y Tardà –a quien en la reunión con Sánchez asistieron el portavoz adjunto de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián y el portavoz en el Senado, el juez Santiago Vidal– subrayaron su acuerdo para llegar a las votaciones de investidura con la misma posición. “No vamos a divergir y es fácil de entender: tenemos un bien superior a preservar, que es el Gobierno independentista de Catalunya”, dijo Tardà. “Compartimos programa, mayoría parlamentaria y Govern”, abundó Homs.
Así que los dos políticos independentistas insistieron, cada uno a su estilo, en los mismos principios ante el trance que Sánchez afronta a partir del 2 de marzo. Ambas formaciones actuarán “al servicio del Parlament y las instituciones catalanas”, dijo el líder de Democràcia i Llibertat (DL), la marca electoral de CDC. Sólo debatirán la posibilidad de abstenerse “si Sánchez aparece con un referéndum bajo el brazo”, advirtió el veterano parlamentario de Esquerra. Pero antes de nada habrá que ver “por dónde sale el sol” y “con quién se casa” el candidato socialista, añadió Tardà. Porque obviamente “no es lo mismo un acuerdo del PSOE con Ciudadanos que con Podemos”, completó Homs.
Frente al rotundo aunque nada sorprendente rechazo de Sánchez al referéndum, los dos representantes catalanes replicaron que esa negativa no se compadece ni con la “esencia” de la democracia ni con la aceptación de las decisiones populares que se supone en “un presidente que se dice progresista y del cambio”, señaló el portavoz de DL.
El no de Sánchez a un referéndum podría considerarse el fin del camino –o el “abando- no de toda esperanza” al que aludió Tardà citando a Dante– si no fuera por las expectativas que abre la prevista negociación del PSOE con un partido, Podemos, para el cual la consulta es “imprescindible”. Además, el planteamiento de Pablo Iglesias no es, de entrada, tan inequívocamente inconstitucional como Sánchez asegura genéricamente respecto al referéndum en Catalunya, pues se basa en un precepto de la Carta Magna, el artículo 92, que ampara la celebración de consultas sobre temas de especial trascendencia.
Sánchez no se quedó, por otro lado, en la negación absoluta. Y, aunque su contacto con los independentistas no tenía en principio más objeto que el de repetirles de manera cortés su oposición a toda idea que dé paso a una la “fragmentación de España”, se esforzó lo suyo en el despliegue de ofertas tendentes a satisfacer viejas demandas de Catalunya.
El líder de los socialistas españoles se reafirmó en público en su compromiso –adelantado el lunes por La Vanguardia– de “recuperar los 23 puntos que Artur Mas presentó a Mariano Rajoy” en julio del 2014 para negociar mejoras en financiación e infraestructuras y garantizar el blindaje de la inmersión
Sánchez no se quedó en la negación y repitió su oferta de atender los 23 puntos de Mas Homs y Tardà no ven “nada nuevo” en el proyecto reformista del PSOE
lingüística, entre otros asuntos. Sánchez se detuvo en sus planes de reformar el sistema de financiación autonómica, derogar la Lomce para “garantizar la autonomía educativa” de Catalunya y lanzar en el Congreso la ponencia constitucional que abriría el debate sobre la reforma de la Ley de leyes. Se trata, resumió, de iniciar “un nuevo tiempo en Catalunya”; de “tender la mano” a las instituciones de autogobierno, y establecer de manera “más permanente” un diálogo que “debería ser normal aunque con el PP dejó de serlo”.
Tardà y Homs no vieron en los ofrecimientos de Sánchez “nada nuevo”. Y el portavoz de ERC anotó incluso cierta “regresión” y mayor jacobinismo” por parte de Sánchez en relación con las posiciones que en su momento sostuvo su antecesor en el PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.
En cuanto a las negociaciones de la investidura en su conjunto, Homs formuló una imagen elocuente. “Cada cual está en su trinchera, y cada vez que alguno sale a campo abierto, los demás le tiran piedras. Y encima, cuando quiere volver se encuentra la puerta cerrada. Es un juego muy táctico”.