La Vanguardia

El fuego no se detiene

Los combates siguen en el norte y El Asad dice que la tregua es imposible

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El cese de la violencia previsto a partir de este viernes en Siria tras el acuerdo alcanzado la semana pasada entre Rusia y Estados Unidos se desmorona antes de empezar.

La tregua en Siria, la primera de carácter general en cinco años de guerra, está previsto que arranque este viernes, pero todo indica que será imposible. El acuerdo alcanzado la semana pasada entre Rusia y Estados Unidos se desmorona ante los bombardeos de la aviación rusa y la ofensiva terrestre del ejército regular y las milicias kurdas en el norte del país.

El Kremlin estaba ayer contra las cuerdas. Ganan cuerpo las sospechas de que la aviación rusa atacó el lunes cinco hospitales y dos escuelas, con un balance de al menos 50 muertos y decenas de heridos. Los bombardeos ocurrieron en Azaz, junto a la frontera turca, y en Marat al Numan, más al sur. Uno de los hospitales era de Médicos sin Fronteras (MSF). El presidente de la organizaci­ón en Francia culpa a Rusia o al régimen sirio. El ataque contra este hospital fue premeditad­o. Los aviones hicieron varias pasadas sobre el objetivo durante 90 minutos. El balance provisiona­l es de once muertos, entre ellos cinco pacientes, aunque MSF admite que entre los escombros pueden haber más personas.

Junto a las ruinas apareciero­n restos de cohetes rusos. Los identificó Abdulrajma­n al Hasan, jefe de enlace de la Defensa Civil Siria, un grupo conocido como los “cascos blancos”, que es de los primeros en prestar socorro en las zonas de conflicto.

Testigos presencial­es informaron al Observator­io Sirio de los Derechos Humanos –grupo de la oposición con base en Londres– que vieron aviones rusos sobrevolar los hospitales.

La ONU recordó que dirigir bombardeos de manera intenciona­da contra hospitales es un crimen de guerra.

El portavoz del Kremlin rechazó estas acusacione­s, que no son las primeras. “No hay pruebas”, aseguró. Considera que las que se han publicado hasta ahora no son fiables. “Sólo aceptaremo­s pruebas que procedan de las autoridade­s sirias”, indicó.

Parece improbable que Damasco vaya a compromete­r el papel de la aviación rusa con evidencias de estos ataques. Los bombardeos rusos le han permitido abrirse paso en el norte y estrechar el cerco en torno a Alepo, la primera ciudad de Siria antes de la guerra. Si logra ocuparla y, de paso, controla la zona fronteriza con Turquía, la oposición estará acabada. Pese al apoyo militar y económico de EE.UU., Europa y las monarquías del golfo Pérsico, no podrá doblegar al presidente Hafez el Asad.

La ofensiva gubernamen­tal se cobró ayer nuevas plazas –Misqan y Ahras–, mientras que las milicias kurdas se hicieron con Tel Rifat, importante emplazamie­nto militar.

Así las cosas, El Asad reiteró en Damasco su escepticis­mo de cara a la tregua del viernes. “¿Quién es capaz de cumplir con todas las condicione­s (del alto el fuego) en apenas una semana? Nadie. ¿Quién irá a pedir cuentas a las organizaci­ones terrorista­s cuando no respeten la tregua? Nadie”.

Sin un alto el fuego será imposible retomar las negociacio­nes de paz en Ginebra el próximo día 25 tal y como está previsto.

Durante las últimas semanas, la estrategia de Staffan de Mistura, el enviado de la ONU para el conflicto sirio, ha sido impulsar treguas parciales para aumentar la confianza entre los bandos. A pesar de éxitos esporádico­s –el más sonado fue en Madaya a mediados de enero–, su mediación ha topado, una y otra vez, con el muro de la guerra. Hoy será un día crucial para él. Ayer, después de reunirse dos veces en Damasco con Walid al Moallen, el ministro de Asuntos Exteriores, logró arrancar el compromiso de las autoridade­s sirias para que la ONU envíe ayuda humanitari­a a siete enclaves cercados. De Mistura indicó que la obligación del Gobierno es permitir la asistencia a la población sitiada y que, en consecuenc­ia, hoy será un día clave. Si la operación fracasa, será prácticame­nte imposible que las partes se presenten en Ginebra.

Moscú niega que haya atacado hospitales, pero entre las ruinas hay misiles rusos

La ONU arranca un compromiso a Damasco para acceder hoy a enclaves sitiados

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AMMAR ABDULLAH / REUTERS Estos hombres buscaban ayer supervivie­ntes entre las ruinas del hospital de Médicos sin Fronteras en Marat Numan, cerca de Idlib

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