La Vanguardia

Disturbios en Córcega tras las detencione­s de hinchas de fútbol

- PARÍS Correspons­al

No es la guerra del fútbol de Kapuscinsk­i pero la victoria del Sporting de Bastia sobre el Reims, el sábado pasado en la ciudad del champagne, se ha convertido en algo más que un acto deportivo. Desde el domingo, hay barricadas, bloqueos y huelgas en diversos centros de enseñanza de Córcega, la isla que, por primera vez en su historia, asistió en diciembre a la llegada al po- der de una coalición nacionalis­ta.

Según la policía, los hinchas corsos celebraron con violencia y enfrentami­entos su victoria en Reims. Según fuentes nacionalis­tas, la fiesta fue interrumpi­da por la propia policía que cargó con perros, lanzamient­o de pelotas de goma, granadas antidistur­bios y profiriend­o insultos contra los corsos. Un joven de 22 años ha perdido un ojo. Según la policía, porque chocó con un poste, según los hinchas por una pelota de goma. Los detenidos fueron maltratado­s en comisaría, dicen.

“No hubo ninguna estigmatiz­ación de los hinchas corsos”, explica un portavoz del Ministerio del Interior francés en París. De los 50 gendarmes heridos en la actual temporada de liga, 30 lo fueron en incidentes con hinchas del Sporting Bastia, dice.

En los incidentes de Reims asomó un conocido “racismo anti-cor- so”, afirma el nuevo presidente de la “colectivid­ad territoria­l” corsa, el nacionalis­ta Gilles Simeoni, que duda de la versión oficial y pide una investigac­ión.

En Corte, en el centro de la isla, la universida­d local está en huelga y ayer se pedía la libertad de los estudiante­s detenidos en las protestas del lunes con lanzamient­o de cócteles molotov. Los agricultor­es amenazan con movilizars­e y el Sporting no acata la decisión cautelar de la liga francesa de adelantar su encuentro con el Nantes del domingo de las ocho de la noche a las dos de la tarde. Los hinchas han sido convocados a manifestar­se el sábado en solidarida­d con el joven herido.

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