Seducción femenina
Joaquín Luna en su artículo “¡Qué golpes tiene el diccionario!” (Opinión, 15/II/2016) me sorprende con una pregunta obvia. Y digo obvia porque toda mujer o individuo que posea algo de energía femenina sabría la respuesta a la cuestión que se plantea: ¿Qué gana la “persona que excita sexualmente a un hombre sin intención de satisfacerlo”?
Si tuviera un mínimo de conexión con su parte femenina, comprendería que esta es seductora y cautivadora por naturaleza y no necesita ninguna razón o misión para expresarse. Más aún, toda fémina que muestra su belleza seductora ante cualquier persona, sea hombre o mujer, debería ser considerada por quien la disfruta como un tremendo acto de generosidad y sensibilidad. Al hombre le cuesta aún comprender que las experiencias que le transmiten sensualidad, belleza y placer no siempre tienen un trasfondo ganancial, racional, ni siquiera existencial.
Mi humilde deseo para el señor Luna y su amigo es que los próximos jueves que salgan a divertirse lo hagan con otros ojos menos racionales o discutibles y más hedonistas y contemplativos. Pero sobre todo disfruten de la belleza femenina con un espíritu tan generoso y agradecido como el que tantas mujeres a su alrededor les brindan cada jueves noche.
MARGARITA BASI BORRELL
Barcelona