El milagro de Abelardo
El Pitu y su sueño de ver crecer al Sporting con él de técnico
Arranca el entrenamiento del Sporting y los jugadores dan tres vueltas al campo para calentarse, algo que ya no se ve en Barcelona. Mientras, Abelardo, pensativo, coloca personalmente los conos. Hoy dirigirá su primer partido como técnico contra el Barça. La última vez que el conjunto gijonés derrotó a los barcelonistas corría septiembre de 1994 y el Pitu acababa de fichar por el equipo blaugrana. No jugó ni un minuto porque se cayó el día antes en la bañera del hotel, Guardiola fue expulsado, debutó Jordi Cruyff y el estadio celebró un triunfo con goles de Lediakhov y Pier. Otros tiempos con una victoria que ya firmaría Abelardo repetir esta tarde. El entrenador, alguien con el que te irías a tomar una sidra, como Manolo Preciado, según definición extendida en la ciudad, suele levan- tarse a las siete, llevar a sus hijos al colegio (el pequeño quiere ser periodista deportivo) y de allí hacia Mareo, a preparar la táctica del día. Aunque para hoy va a introducir rotaciones, niega que eso signifique una rendición anticipada.
“Va a haber cambios en el equipo, pero no va a ser una fiesta del Barça, no vamos a ponerle la alfombra roja, esperemos que sufran, que no se lo pasen bien, vamos a salir a ponerles las cosas difíciles”, sentencia Abelardo, que ha transmitido a sus futbolistas que se diviertan lo más posible. “Vamos a tener muy poquito el balón, vamos a sufrir, pero les he dicho que disfruten, vamos a salir a intentar ganar, sabiendo de la dificultad. Es el partido de los guajes contra los mejores futbolistas del mundo. Para ganar debemos tener un día perfecto y ellos uno negado no, lo siguiente”.
Abelardo confía en la solidaridad de sus jugadores, una ge- nerosidad que va más allá del campo, como demostraron la temporada pasada cuando hubo futbolistas que estuvieron meses sin cobrar y otros compañeros les ayudaron a pagar la hipoteca o el alquiler. Aun así, con el Pitu, consiguieron el ascenso, una especie de milagro con las deudas que tenía el club y que le impedían fichar.
Un problema económico que no ha sufrido a ese nivel su amigo Luis Enrique, con el que se manda mensajes prácticamente a diario y con el que conversa a menudo, aunque asegura que no han comentado nada sobre un encuentro que se espera que sea muy pasado por agua.
“Será especial poder hablar con Luis antes y después del partido. Durante el encuentro cada uno defenderá sus intereses. Será más especial para él porque vuelve a su casa y también para nuestros padres, que nos seguían en cada partido cuando entre los dos no pesábamos ni 25 kilos. Para mí es el mejor entrenador del mundo y ha puesto al Barça al nivel del de Guardiola o Rijkaard. Yo creo que me emocionaré más cuando regrese al Camp Nou porque en Catalunya me trataron igual o mejor que en Asturias, el club se portó fantástico conmigo y es mi segunda patria”, se extiende Abelardo. Hijo de carpintero y ama de casa, de izquierdas y orgulloso de su abuelo, preso republicano, hace unos meses el entrenador del Sporting declaró en la televisión pública asturiana que los catalanes tienen derecho a ser escuchados en un referéndum sobre la independencia.
El asturiano entiende que uno se pueda sentir muy de un sitio porque a él le pasa, porque en su cabeza sólo existe un sueño: “Ver crecer al Sporting conmigo de entrenador. No me planteo salir de aquí”. Aunque cuando salió, hacia el Barça, conoció a gente que le encantó. “Me reencarnaría en cualquier jugador del Sporting, pero también en Xavi. Es de lo mejor que he visto sobre el campo y tanto él como Puyol son una pasada como personas”.
PROMETE BATALLA “No va a ser una fiesta del Barça, no vamos a ponerle la alfombra roja, esperemos que sufran” EL REEN CUENTRO “Será más especial para Luis Enrique y nuestros padres: juntos pesábamos 25 kilos y ya nos seguían”