Cocinando a Halilovic
El croata, cedido por el Barça, se ha adaptado a Gijón como un canterano más
Podría ser cualquiera de los guajes que corretean por la escuela de Mareo. Gorrito de lana gris para protegerse del frío, chaqueta ajustada, pantalones casual y apenas 170 centímetros de altura. Entra en un coche de gama media alta pero no lo conduce. Se coloca en el sitio del copiloto y deja la ciudad deportiva del Sporting. Pero no, Alen Halilovic no pertenece al cuadro rojiblanco, aunque se está cociendo, a veces con los fogones a tope de revoluciones, a veces a fuego lento, en el vestuario familiar que han generado en el equipo. El croata, cedido por el Barça para que se vaya curtiendo, ha encontrado un hábitat fantástico para crecer. Con 19 años ni siquiera es el más joven del conjunto. De Dubrovnik a Gijón con el objetivo de regresar a Barcelona y con el punto en común de un mar que le encanta. Halilovic es como un universitario que va a parar a una ciudad donde hablan el idioma de la juventud y de la ambición, un meritorio del que explican maravillas, aunque haya sido suplente en los últimos cuatro partidos. Hoy, salvo sorpresa, será titular.
Lo que empezó como una rotación puntual tras su flojo partido en el Bernabeu se convirtió en una costumbre porque el Sporting agarró una buena racha, aunque el viernes cuando entró en juego por la lesión de Ndi, Halilovic respondió con un gol que volvió a hacer las delicias de El Molinón.
Aquí llegó gracias a las gestiones de Abelardo y a los consejos de Luis Enrique, aunque al principio transmitió sus dudas. Confía en sí mismo y lo que le pedía el cuerpo era intentar ganarse un sitio junto a los hombres de Luis Enrique. Pero entre todos le convencieron de ir a Gijón y él pidió consejo sobre el club y la ciudad al exjugador rojiblanco Mate Bilic, que le ayudó a buscar piso y le pasó excelentes informes.
En el Sporting está jugando mucho. De hecho ha participado en todos los partidos de Liga menos en el primero y su impacto fue importante. Rápidamente se ganó el favor de un público que tiene morro fino. La zurda de Halilovic, sus movimientos, su juego artístico les convenció, aunque la jungla de Primera puede estar pasándole factura. Sin embargo, Abelardo asegura que le mantiene la confianza y destaca la política del Barça de no poner cláusulas del miedo. “Me parece muy bien que le dejen jugar contra ellos porque cuando cedes a un juga- dor quieres que crezca y este partido es para crecer. Lo veo tranquilo, no es un chico que exteriorice los nervios para nada. Es un niño y será muy especial para él. Estoy seguro que lo va a hacer muy bien”.
Halilovic ha sido adoptado como un canterano más y el preparador físico, Gerardo Ruiz, le puso un apelativo que ha hecho fortuna: Guahilovic. Al principio creía que se lo decían porque no sabían pronunciar su nombre pero después comprendió que venía de guaje. Usos y costumbres que aprendió también de la mano de sus compañeros Lora y Bernardo, que lo llevaron a una sidrería donde le enseñaron a escanciar. Desde entonces, cuando marca dibuja ese gesto. “Lo hago porque me encuentro muy a gusto en la ciudad, porque me parece divertido y porque se lo había visto hacer a Villa”, explica el futbolista, que le está agradecido al club blaugrana. “Yo soy del Barça y quiero triunfar allá pero ahora me están tratando muy bien en el Sporting. El Barça es el mejor equipo del mundo, pero, ¿por qué no podemos ganarle?”, se pregunta.
Eso es lo que les gustaría a los esportinguistas, que le paran por la calle, que le hacen carantoñas o que lo tuvieron en diciembre firmando autógrafos casi tres horas en la tienda del club. El Barça no quiere que hoy brille pero sí que sobresalga con luz propia el resto de días para recuperar a una perla ya pulida.
JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ REFLEXIÓN EN VOZ ALTA “Soy del Barcelona y quiero triunfar allá, pero ¿por qué no podemos ganarles esta vez?”