El portero es la clave

Vender un piso, cuando los precios parece que se recuperan, puede ser una decisión difícil, y muchas veces se trata de ventas forzadas: por el nacimiento de un bebé que deja el piso pequeño, por cambiar de empleo o por haberlo perdido, por tener más cerca el colegio de los niños o, muy a menudo, por un divorcio. Sin embargo, en la zona de Sarrià-Sant Gervasi uno de los factores clave son los altos gastos de comunidad. “Son viviendas con portero, zona ajardinada, calefacción central y a veces incluso piscina. Y algunos edificios con viviendas de 200 metros cuadrados y pocos pisos tienen cuotas de comunidad de 1.500 a 2.000 euros trimestrales” explica Francesc Quintana, consejero delegado de la inmobiliaria Vivendex. “Cuando los dueños se jubilan y necesitan sus rentas para mantener su nivel de vida se dan cuenta de que están consumiendo su patrimonio pagando las cuotas de comunidad”, asegura. Estas viviendas, además, tampoco encuentran fácilmente un comprador en el actual mercado inmobiliario. “Salen a unos precios más bajos que lo habitual en la zona porque los sueldos de ahora no son los de antes de la crisis y muchas familias se lo piensan antes de asumir esos gastos”. Con todo, la mayoría de los pisos que se venden en la zona se siguen pagando al contado. La crisis, aquí sí, va por barrios.

Parejas jubiladas venden sus pisos de Sant Gervasi por los gastos de comunidad