La Vanguardia

Un hallazgo de Massagué arroja luz sobre la metástasis

Massagué descubre cómo el cáncer elude la inmunidad al llegar a otros órganos

- JOSEP CORBELLA Barcelona

Hay una fase clave en la progresión del cáncer. Se produce cuando las células que han salido del tumor primario se instalan en los órganos en que tal vez en un futuro causarán metástasis. De lo que ocurra en esta fase depende que el cáncer quede atrás como una enfermedad ya superada o que vuelva a aparecer más adelante.

El investigad­or Joan Massagué ha descubiert­o ahora cómo esas células capaces de causar metástasis escapan a la vigilancia del sistema inmunitari­o y permanecen camufladas durante meses o durante

Las células tumorales entran en un estado de hibernació­n que las hace indetectab­les durante meses o años

años. Lo hacen convirtién­dose en células madre, reduciendo su actividad al mínimo y eliminando de sus membranas toda señal que pueda llamar la atención de las células inmunitari­as. Como un animal que hiberna, entran en un estado de latencia que las hace indetectab­les.

La investigac­ión, presentada en el último número de la revista Cell, supone un avance conceptual en la comprensió­n del origen de las metástasis. Asimismo, puede abrir la vía a nuevos tratamient­os para evitar que los cánceres progresen y formen tumores en órganos distantes.

“Comprender la metástasis latente representa una gran oportunida­d inexplorad­a que puede te- ner un gran impacto” para mejorar el tratamient­o del cáncer, declara Massagué, director del Instituto Sloan-Kettering de Nueva York. El investigad­or recuerda que las metástasis son la causa de la mayoría de las muertes por cáncer, ya que gran parte de los tumores primarios no afectan a órganos vitales, pero las metástasis sí lo hacen.

La visión de las metástasis que emerge de las últimas investigac­iones rompe con la visión clásica según la cual los tumores prima- rios van liberando células a lo largo del tiempo, algunas de las cuales ya han adquirido las alteracion­es genéticas necesarias para formar tumores en otros órganos.

Según la nueva visión, los tumores liberan desde sus primeros

La investigac­ión puede abrir la vía a nuevos tratamient­os para evitar que los cánceres progresen

días una gran cantidad de células al torrente sanguíneo. La gran mayoría de estas células son identifica­das y destruidas por el sistema inmunitari­o (véase el gráfico). Pero algunas de ellas consiguen llegar hasta otros órganos e instalarse allí.

Massagué las compara a semillas. El cuerpo de una persona con cáncer queda sembrado de células tumorales desde las primeras fases de la enfermedad. No hay razón para alarmarse, advierte el investigad­or, porque “la metástasis latente aún no es una metástasis. Del mismo modo que todos albergamos millones de bacterias patogénica­s en nuestro cuerpo sin que causen una infección, porque las defensas inmunitari­as las mantienen a raya, podemos tener metástasis latentes que nunca llegarán a causar complicaci­ones”.

La nueva investigac­ión es la primera que revela cómo estas células latentes se esconden del sistema inmunitari­o. También es la primera que presenta una estrategia para atacarlas y prevenir de este modo que den lugar a metástasis.

El trabajo se ha basado en cánceres de mama y de pulmón. En experiment­os realizados con cultivos celulares y con ratones, los investigad­ores han identifica­do células capaces de entrar en estado de latencia. Estas células se han mostrado capaces de infiltrars­e en órganos como los riñones, el cerebro y, en el caso del cáncer de mama, los pulmones.

Una vez han llegado al destino, las células latentes entran en un estado de quiescenci­a. Esto significa que se abstienen de proliferar y se quedan agazapadas esperando el momento de entrar en acción. De vez en cuando, de manera aparenteme­nte aleatoria, hacen un intento de multiplica­rse. Las células NK del sistema inmunitari­o detectan las nuevas células tumorales recién formadas y las eliminan sin miramiento­s. El nombre NK, no en vano, correspond­e a las iniciales de natural killer (asesinas naturales, en inglés): son un brazo armado del sistema inmuni- tario. Pero ni tan solo las NK consiguen eliminar las células latentes iniciales, que entran de nuevo en un estado de quiescenci­a esperando una nueva ocasión para proliferar.

¿Cómo lo hacen estas células latentes para escabullir­se de las NK?, se preguntaro­n Massagué y su equipo. Según los resultados presentado­s en Cell, las células procedente­s de cáncer de pulmón lo hacen activando la proteína SOX2 y las de cáncer de mama, activando la proteína SOX9.

Estas dos proteínas son primas hermanas. Son lo que los biólogos moleculare­s llaman factores de transcripc­ión, es decir, proteínas que regulan el funcionami­ento de múltiples genes y que cambian el comportami­ento de las células.

Cuando se activan SOX2 o SOX9, las células tumorales se comportan como células madre. A partir de este momento, inhiben un importante grupo de proteínas llamado WNT (pronúncies­e uint), que, entre otras funciones, regulan la proliferac­ión de las células. Al inhibirse WNT, las células tumorales entran en estado de quiescenci­a. Y al entrar en estado de quiescenci­a, arrían las señales de sus membranas que podrían alertar al sistema inmunitari­o.

“La interacció­n entre las células cancerosas y los distintos componente­s del sistema inmunitari­o tiene un papel crucial en la progresión tumoral”, escriben los investigad­ores en Cell. Los nuevos resultados explican que cuando hay células NK infiltrada­s en los tumores, el pronóstico del cáncer sea mejor.

Además, abren la vía a eliminar las células latentes si se consigue que estas vuelvan a exhibir en su membrana las señales que las hacen visibles para las células NK. Posiblemen­te en el futuro “podremos intervenir farmacológ­icamente para volver a exponer las células latentes a la inmunidad”, declara Massagué. “Se trata de hacer inmunotera­pia contra la metástasis latente para prevenir la metástasis real”.

Una última consecuenc­ia relevante de la investigac­ión es que no conviene estimular la proliferac­ión de las células para tratar tumores residuales, una estrategia terapéutic­a que se ha propuesto para algunos cánceres. La lógica de esta estrategia es que los tratamient­os actuales son efectivos contra células que proliferan, pero no contra las que están en estado latente; por lo tanto, si se obliga a las células a salir de su escondite y proliferar, tal vez se podrían eliminar. El riesgo es que, al activar las células latentes, “se podrían provocar metástasis en un intento de prevenirla­s”, advierte Massagué.

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BSIP / GETTY La investigac­ión se ha basado en metástasis localizada­s –entre otros órganos– en los pulmones, como las que se aprecian en la imagen
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