Ni estrategia ni fútbol
Dos acciones de estrategia pésimamente defendidas permitieron al colista remontar a un Espanyol al que tal vez le confundió la facilidad con que abrió el marcador, pero ya no repitió una jugada con aquella precisión, no explotó el filón de la ventaja física de Hernán Pérez sobre Juanfran y, lejos de ir a rematar a un rival al borde del abismo, enseguida le regaló el balón y vio cómo se multiplicaban las llegadas al área visitante. Antes y después del empate, del que lo único que tengo medio claro tras las repeticiones es que Medjani estaba en fuera de juego.
Pero no fueron sólo esas dos jugadas aisladas. El Levante jugaba mejor porque dominaba el centro del campo y a partir de ahí creaba muchos problemas a los centrales españolistas por la movilidad de Rossi y Deyverson. Y a la reacción tras el 2-1 le faltó fútbol.
Es evidente que los locales se lo jugaban todo y que el Espanyol tiene detrás a cinco equipos muy flojos. Pero, de cara a la siguiente temporada, se supone que los blanquiazules deberían dar en estos partidos lo mejor de sí para conservar un hueco en una plantilla que el nuevo presidente promete hacer mucho más competitiva. Los jugadores y el entrenador.
Sorprendente la titularidad de Caicedo. Estamos hablando del mejor delantero del equipo cuando está bien físicamente, pero no es el caso. Y se notó mucho, claro. La única explicación posible es que, dando por hecho que él y Gerard Moreno se iban a repartir los minutos, Galca prefiriera poner de entrada al ecuatoriano para que si este se resentía y tenía que abandonar el terreno no fuera con un cambio ya hecho. Pero es tan rebuscada que ni yo me la acabo de creer.