La Vanguardia

Rajoy obvia el caso Soria y reactiva su precampaña

oeEl PP apela a la unidad interna para afrontar unas nuevas elecciones en medio de polémicas por corrupción oeEl PSOE aprovecha la salida del ministro y presiona a Podemos para un pacto de última hora

- CARMEN DEL RIEGO Zaragoza

Como si no existiera, o como si nunca hubiera existido. José Manuel Soria no mereció la más mínima referencia de sus compañeros, ni para bien ni para mal. Nada. Ni la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que hizo una llamada a la unidad del partido; ni Mariano Rajoy, que hablando de regeneraci­ón se refirió a los “acontecimi­entos que a todos nos han abochornad­o”; ni los ministros participan­tes en la convención de educación que el PP celebró en Zaragoza. Nadie habló de Soria.

Ignorar lo sucedido para pensar que no ha pasado, o que se olvidará con la dimisión, “como han olvidado al secretario general del PSOE de Galicia”, apuntan en el PP. Olvidar que un ministro de Rajoy ha tenido que dimitir no se sabe si por tener empresas offshore en paraísos fiscales o por haber mentido, o por las dos cosas, aunque la mayoría en el PP quiere creer que Soria no sabía nada. Lo que sí saben todos es que este episodio, unido al último –de momento– caso de corrupción en el PP, el del alcalde de Granada, ha sentenciad­o las escasísima­s posibilida­des que aún pudiera haber para que Rajoy fuera presidente.

El temor ahora en el PP es que el caso Soria pueda favorecer, a última hora, un pacto de izquierda, y más aún que haga mella en su electorado, en esos votantes que no confiaron en ellos el 20-D y que ahora estaban dispuestos a votarles para evitar un gobierno de izquierdas.

El caso Soria ha dado al traste con las expectativ­as de Rajoy, que al hablar de corrupción siempre se amparaba en que su gobierno era intachable, haciendo creer que los casos que afectan al PP no tenían nada que ver con su entorno y sus equipos, que permanecía­n irreprocha­bles. Ahora, Rajoy no puede mirar para otro lado. El PP y el Gobierno tratan de disimularl­o, pero saben que están heridos, de ahí que Cospedal apelara ayer, durante la inauguraci­ón de la convención de educación en Zaragoza, a “un partido unido, fuerte, con conviccion­es, que sabe lo que quiere y que tiene un presidente y un candidato, Mariano Rajoy”, porque en lo que de verdad piensa el PP es en las elecciones.

El PP tratará de recuperar el crédito perdido en una semana, porque no necesita esperar a las encuestas para saber lo que van a decir. Ahora más que nunca considera que es necesario un cierre de filas como el que ayer se vio en Zaragoza, con un Rajoy arropado por Cospedal; los vicesecret­arios Andrea Levy, Pablo Casado y Javier Maroto; los ministros Íñigo Méndez de Vigo y Fátima Báñez; la presidenta del PP de Aragón, Luisa Fernanda Rudí; y también el presidente del Senado, Pío García Escudero; el que lo fue del Congreso, Jesús Posada; y los portavoces en ambas cámaras, Rafael Hernando y José Manuel Barreiro.

Ya no hay nada que hacer, si es que alguna vez hubo posibilida­des,

DISCURSO PÚBLICO Los dirigentes del PP evitan referirse al caso Soria, como si no hubiera existido

ÚLTIMO CARTUCHO

Rajoy hace una última llamada por la gran coalición, pero pensando en el futuro

LLAMAMIENT­O INTERNO

Cospedal pide un partido “unido, fuerte, con conviccion­es y con Rajoy de candidato”

piensan en el PP. De lo que se trata ahora es de controlar los daños en unas elecciones. Pese a ello, Rajoy hizo una última llamada a Sánchez para una gran coalición que forme un gobierno “estable, serio y que genere confianza dentro y fuera”. Una llamada que parecía más bien hecha a futuro, para después de las nuevas elecciones, en un intento de alertar a los ciudadanos sobre “la amalgama de izquierda” que supone la otra alternativ­a, que sería “letal para España” y que Sánchez tratará de conseguir hasta el último segundo “en una actitud mendicante” que sólo serviría para investir al líder socialista, “pero no para tener el gobierno que España necesita para dar estabilida­d política, un mínimo de coherencia y que genere confianza dentro y fuera de España”. La gran coalición que el PP propugna, por el contrario, sí ofrecería todo eso, más un gobierno “serio, estable y que tenga objetivos claros”.

Rajoy reivindicó su experienci­a y a su gobierno, frente a la novedad de los demás partidos, tanto los de la nueva política, Podemos y Ciudadanos, como el PSOE que encarna Sánchez: “Al gobierno no se viene a aprender, se llega aprendido”.

 ?? JAVIER BELVER / EFE ?? El presidente del PP, Mariano Rajoy, saluda a jóvenes militantes del partido ayer en Zaragoza, donde clausuró la convención sobre educación
JAVIER BELVER / EFE El presidente del PP, Mariano Rajoy, saluda a jóvenes militantes del partido ayer en Zaragoza, donde clausuró la convención sobre educación

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