Tecnología y multiculturalidad
El violín, la máquina de escribir o el móvil son ejemplos de dispositivos tecnológicos que nacieron en contextos determinados para cubrir necesidades concretas. Por ejemplo, la disposición del teclado de la máquina de escribir nació a finales del siglo XIX en EE.UU. para escribir en inglés. Este diseño se fue adaptando a otras lenguas y a nuevos dispositivos, pero la influencia del diseño original ha marcado muchísimo. Ha sido prácticamente imposible desarrollar y utilizar nuevos diseños de teclado pensados para escribir en otras lenguas y con nuevos dispositivos, como el ordenador o el móvil.
Las tecnologías más ligadas a la cultura, como a la lengua o a la música, son particularmente sensibles a este tema. Se desarrollan en contextos culturales determinados y después intentan adaptarse a otras culturas, con más o menos éxito. Pongamos dos ejemplos, el violín y el piano modernos.
El violín es fruto de una serie de luthiers italianos de los siglos XVI al XVIII. Este instrumento se difundió por todo el mundo adaptándose bien a la personalidad de bastantes culturas. El piano tuvo el desarrollo más importante en la Europa de los siglos XVIII y XIX. También se difundió rápidamente, pero, a diferencia del violín, no se integró en muchas culturas musicales. Sirvió para difundir la cultura europea por todo el mundo. Las teclas del piano estructuran las notas de una manera muy determinada e inflexible, basada en la música clásica europea y, por tanto, no se adapta a las características melódicas de muchas músicas.
Hoy, las tecnologías que representan mejor la sociedad moderna son las que encontramos en torno a internet. Se desarrollan generalmente en el contexto cultural de EE.UU. y se distribuyen en el mercado global. Algunas de estas tecnologías son como el violín, flexibles y adaptables a muchas culturas. Otras son como el piano, no se adaptan fácilmente y son transmisoras de una cultura determinada. Podríamos decir que ayudan a promover el colonialismo cultural anglosajón. Herramientas tan comunes como Google, Amazon o Spotify están más cerca del ejemplo del piano que del violín.
Tenemos que ser conscientes del sesgo cultural de muchas de las tecnologías que utilizamos, y tenemos que promover que los desarrollos tecnológicos tengan en cuenta las diferentes realidades culturales que configuran nuestro mundo.