Máxima presión para el Barcelona
Luis Enrique rompe una lanza por sus jugadores para que defiendan el liderato: “Yo espero celebrar títulos esta temporada”
Hay diferentes formas de afrontar los baches. No todo el mundo encaja igual las derrotas. Sobre todo, cuando el golpe es tan duro como la eliminación de la Champions en el Calderón, que significa decir adiós al sueño de ser los primeros en repetir título en Europa desde 1992 y a la utopía de reeditar el triplete. Están las sentidas lágrimas de Iniesta en el autocar, la desdramatización frívola de Alves en las redes sociales y el liderazgo positivo de Luis Enrique en la sala de prensa. Todas esas caben dentro del vestuario del Barcelona. Por lo que la pregunta es obligada: ¿qué Barça se verá hoy contra el Valencia sometido, como está, a máxima presión en la Liga? ¿Será el equipo decaído que perdió el clásico, en Anoeta y en el Calderón? ¿O reaccionará por fin el conjunto que hasta hace bien poco parecía infalible y ahora parece una sombra de sí mismo? Necesita levantar la cabeza el líder porque el Madrid se situó ayer a un punto en la clasificación y el Atlético puede haber empatado antes del partido del Camp Nou, cuando hace bien poco estaban a doce y a nueve puntos, respectivamente.
Para intentar frenar la caída libre, Luis Enrique se erigió como el líder del líder. Optimista, positivo, fue cargándose de razones y exteriorizando argumentos que se cree. No fue una pose. “Yo espero celebrar títulos esta temporada”, aseguró el técnico. Para ello, hoy contra el Valencia de Ayestarán tiene un triple objetivo: “Darle la vuelta a la situación, reencontrarnos con la victoria y seguir siendo líderes”. Esa es la triple misión, nada fácil teniendo en cuenta las dudas surgidas. Pero el entrenador rompe una lanza por sus jugadores. “He visto al equipo bien y recuperado. Una eliminación cuesta digerirla, pero somos profesionales y sabemos que lo tenemos que hacer”, reveló.
Sin embargo, al asturiano, futbolista incansable, maratoniano de vocación, ciclista de corazón y explorador de los límites, hay pocos que le ganen a capacidad de resistencia. Por eso anunció que no va a tirar la toalla antes de hora. Eso no va con él. “Yo no pienso rendirme ni voy a hundirme. Mi versión del deporte es crecer en la adversidad”, sentenció. Es lo que le pide también al Barcelona desde hoy hasta el final de la temporada. Y avisa a los que quieren enterrar al tricampeón de la temporada pasada antes de tiempo: “Es arriesgado sacar conclusiones cuando aún nos faltan seis partidos de Liga y la final de Copa”, dijo un Luis Enrique muy convencido.
No tiene miedo a quedarse esta tarde sin ganar en la Liga por tercer partido seguido –lo que le costó a Gerardo Martino su puesto en mayo del 2014–. No piensa en que puede sumar tres duelos consecutivos sin ver puerta entre todas las competiciones –Frank Rijkaard estuvo cuatro en abril del 2008 y eso aceleró su salida, junto al pasillo del Bernabeu–. Ni tampoco le asusta la posibilidad de perder por tercera jornada consecutiva –lo que en enero del 2003 se cobró la cabeza de Van Gaal y en febrero provocó la dimisión como presidente de Gaspart–. Lucho no quiere pensar en nada de eso. “Hasta ahora no hay un equipo mejor que el Barcelona en la Liga, que es una competición que gana el más regular. No me cambio con nadie en esta competición”, explicó.
Luis Enrique considera que no sólo el partido de hoy contra el Valencia es vital sino que lo es toda la semana, con el desplazamiento a Riazor y la visita del Sporting en Sant Jordi. Todo, en menos de siete días. “En una semana jugamos la mitad de lo que queda. Son tres partidos y vamos a tener que estar muy atentos. Será un esfuerzo bestial. Tendremos que ser más fuertes que nunca, más solidarios y estar más juntos. Nos va a costar porque nunca hemos pensado que esto iba a ser un paseo”, recetó.
Para dos de esos tres partidos será importante el papel del Camp Nou. “La afición es inteligente. Conozco bien al culé, y lo que no perdona es la falta de ambición y de actitud, y garantizo que no he visto falta de actitud en ningún jugador”, expuso, antes de defender a Alves por su polémico vídeo. “Todos conocemos a Dani. Es un tío al que le hemos visto bailar, cantar, llorar y reír. Si el vídeo fue inoportuno, eso lo decide cada uno. Yo sólo puedo decir que es un competidor nato, un ganador, aporta mucho al equipo y es un activo fundamental. Esa alegría la transmite también en el vestuario. Su intención no era molestar a nadie sino ayudar”. Hoy toca pasar de las palabras a los hechos porque la presión es máxima.