El FMI quiere bancos muy grandes
Seis años después de advertir sobre el peligro sistémico de los llamados bancos too big to fail (demasiado grandes para quebrar y, por tanto, necesitados de un rescate público), la situación de la banca europea es tan precaria que el FMI defiende la consolidación de su sector bancario reduciendo radicalmente el número de bancos pequeños.
“En Europa, en general, hay atomización bancaria. Hay demasiados bancos”, asegura José Viñals, consejero financiero del FMI, en una entrevista que hoy se publica en Dinero. En Italia hay 650 bancos; en Alemania, 1.800. mientras España –con una quincena de bancos– se considera una de los sectores más consolidados tras la desaparición de decenas de cajas durante la crisis.
Existe preocupación sobre la capacidad de los pequeños bancos para hacer frente a un periodo prolongado de bajo crecimiento, deflación y elevados niveles de deuda. “Los beneficios deteriorados y los problemas heredados de la crisis crean un riesgo elevado para la UE; la financiación externa puede ser más cara sobre todo para los bancos más débiles”. Es más, bancos en países como Italia atraviesan graves problemas de morosidad que amenazan la solvencia de los más pequeños.
En estos momentos, sólo las extraordinarias políticas de expansión de la liquidez del BCE evitan la quiebra de muchos de estas entidades. En muchos países “una consolidación puede ser necesaria” para que los bancos sean viables, advierte el FMI en su informe financiero.
Pero no deja de ser irónico este deseo de reducir radicalmente el número de bancos y elevar la dimensión de las instituciones financieras dada la perspectiva histórica. Hace siete años –después del colapso de Lehman Brothers y el megarrescate de los grandes bancos con miles de millones de dólares de dinero público tanto en Estados Unidos como en Europa–, el FMI y el G-20 determinaron que resolverían el problema de los bancos sobredimensionados. Siguen ahí, y ahora el énfasis en la necesidad urgente de consolidar el sector dará luz verde a la expansión de esos mismos grandes bancos que en el pasado se incluyeron en la lista de entidades “demasiado grandes para quebrar”.