No será lo mismo
Todos los comentaristas –o casi todos– coinciden en señalar que el resultado de las próximas elecciones no cambiará respecto al que se produjo en las últimas. No habrá variaciones significativas, se dice. Más o menos, las principales fuerzas políticas repetirán resultados. Todo será lo mismo.
Pues no. Igual, seguro que no. Y no tanto por los resultados, que podrían experimentar alguna variación, como por las valoraciones que habrá que hacer. De entrada, si todo se parece mucho, querrá decir que los responsables políticos no supieron leer los resultados del 20-D. Los electores están definidos y decididos; dijeron lo que querían decir y lo habrán vuelto a repetir. Y, por tanto, el mundo político no podrá seguir inventándose una realidad para hacerla más conforme a sus tesis.
Los electores obligarán a las fuerzas políticas a ponerse de acuerdo como sea, lo que tendrán que conseguir si no quieren separarse definitivamente de la voluntad popular. No todo será igual.
Se habrán acabado los apriorismos excluyentes, el subjetivismo sectario, la ignorancia del mandato de los electores. Nadie había ganado, pero todos se han comportado como si lo hubieran hecho por mayoría absoluta.
La soberbia es una mala compañía política, pero cuando se practica sin ganar todavía es peor. Esto, ahora, ya no será posible. Todo no será igual.
Ahora, ya no valdrá la descalificación. Guste o no, deberán buscarse espacios de coincidencia, caminos hacia posibles acuerdos; o, incluso, formas de hacer más amables los desacuerdos. Ya no habrá excusas para no pactar; o gobernar o dejar gobernar.
Los electores reclamarán que, esta
Si el escenario es más plural, el pacto es la consecuencia; pluralismo sin pacto es imposible
vez, se respete su voluntad. Si el escenario es más plural, el pacto es la consecuencia. Pluralismo sin pacto es imposible. Y los líderes políticos lo han querido ignorar. Ahora, será posible. Todo no será igual.
Ha sido un aprendizaje difícil y duro. Ahora, los electores seguirán diciendo lo que han querido decir. Son los aprendices quienes deberán dejar de serlo. ¡Todo no será igual!