Estilos, sí, pero menos
El fútbol, como siempre, sigue colgado del marcador, a pesar de los muchos intentos para descolgarlo. Barça, Atlético y Madrid no están enfrentando estilos distintos en este final de Liga, aunque sean diferentes. Juegan al resultado porque con el paso del tiempo se sabrá quién ha sido el campeón, pero será difícil recordar cómo se ha conseguido.
En el mundo de los estilos hay un tono. El Barça juega al toque, el Atlético a la defensa y el Madrid a las ráfagas. Los defensores de las esencias lo han pulido mucho y hoy ya no se sabe a ciencia cierta cuáles son realmente las características de cada cual o la lista es interminable. Pero la realidad es que cada vez los estilos se parecen más. ¿Por qué? Los del toque incorporan presión, intensidad y capacidad defensiva y los que tienen eso amplían con toque. Los que detentan la posesión suman el contragolpe y los de la contra de siempre juegan también a tener la pelota. Los estilos, como casi todo, se mezclan en este mundo que camina rápido.
El estilo, el modelo del Barça, ha sido utilizado para defender intereses espurios, para mitificar figuras o para destrozar a otros. Siempre ha existido una base de modelo blaugrana, de fútbol de combinación que ya se vio en el Barça de las Cinco Copas frente a la furia. Una buena base de jugadores canteranos, dos de los mejores jugadores del mundo y la idea de ganar jugando bien al fútbol. Ese es el estilo. Esa ha sido siempre la aspiración de la mayoría de barcelonistas. Lo sigue siendo. Dotar al modelo de muchas otras características lo hace más complejo. El Barça no es el Athletic de todos canteranos ni el Madrid de todos carteranos .El
El fútbol sigue colgado del resultado; no es sólo un espectáculo, es por encima de todo una gran pasión
Barça ha sido fiel a esa definición básica en muchas ocasiones de su historia, aunque no siempre haya ganado. El Barça ha sido un club que ha perdido, pero nunca un club perdedor. Hay que analizar cada época con detalle para conocer con rigor la historia blaugrana.
Hoy el barcelonismo está contento con lo que su equipo despliega. Y quiere ganar la Liga. El fútbol está cada día más colgado del marcador porque no es sólo un espectáculo, porque, por encima de todo, es una gran pasión. Ser del Barça, o de otro club, está más ligado al mundo de los sentimientos, de las vibraciones, de las emociones, que al puro espectáculo que puede verse en un terreno de juego. No se quiere ganar de cualquier manera. Se busca hacerlo con un plan, lo más próximo al fútbol de combinación que ha dado tantos éxitos. Pero jugando de cine nadie va a aceptar perder una Liga. Atlético y Madrid firmarían jugar fatal y ganarla. No es eso, pero tampoco hay que ir con el lirio en la mano.