Tel Aviv vela por la economía jordana
Varias veces al mes, un helicóptero parte de Jerusalén y aterriza en la casa real jordana. A bordo va Beniamin Netanyahu o el jefe del Mossad, Yossi Cohen. Quizá por eso, Israel envió recientemente drones y 16 aviones Cobra a la frontera entre Jordania y Siria, para espiar los avances del Estado Islámico y la amenaza que supone para el reino hachemí. A raíz de la guerra en Siria, pocos saben que cientos de camiones jordanos cruzan territorio israelí a diario desde el puerto de Haifa hasta la frontera jordana, con mercancías que llegan y parten hacia Europa y que antes cruzaban territorio sirio. Por la ciudad costera israelí pasa actualmente un 60% de las exportaciones jordanas. La mayoría de los israelíes ni son conscientes de ello, y hasta la fecha no se ha producido ningún incidente. Hace un año, el rey Abdalah decidió incluir a Israel en los mapas y en los libros de estudio de su país. En las recientes vacaciones de Pascua, la ciudad jordana de Aqaba, en el mar Rojo, parecía una colonia israelí abarrotada de turistas. Aun así, en la frontera los funcionarios pidieron a una familia judía que no llevaran las kipás en el puesto fronterizo. Un general jordano declaró recientemente a La Vanguardia que “el cielo es el límite, pero si no hay progreso en el tema palestino, los avances entre Israel, Jordania y los países del Golfo serán muy lentos”.