Eurovisión arranca su semana global
Suecia se vuelca en el festival de la canción, sus 42 participantes y sus polémicas
Convertido en una marca global conocida más allá de Europa, inmune a los epítetos sobre la presunta caspa que lo rodea y esgrimiendo su audiencia estimada de 195 millones de telespectadores, el festival de Eurovisión abrió ayer en Estocolmo su semana grande, en la que competirán cantantes en representación de las televisiones públicas de 42 países, y que culminará el sábado 14 con la gran final. Esa noche defenderá los colores de TVE la voz de Barei con Say yay!, primera canción íntegramente en inglés que España envía al certamen. Según los organizadores, es el mayor acontecimiento televisivo no deportivo, emitido en directo, del mundo.
Esta semana global de Eurovisión se inauguró ayer –con todos los concursantes y el supervisor ejecutivo del festival, Jon Ola Sand– en una ceremonia en el Ayuntamiento de Estocolmo, la ciudad anfitriona de esta 61.ª edición tras ganar el año pasado el representante de Suecia, Måns Zelmerlöw, con el tema Heroes. Zelmerlöw copresentará ahora el festival junto a la presentadora y humorista Petra Mede. Suecia y su capital se han volcado en una cita televisiva que es un gran escaparate de promoción turística. El eurofestival no sólo se transmite en Europa, sino también en canales de Australia, China, Israel (que participa desde 1973) y –este año por primera vez– de Estados Unidos.
Como es habitual, la televisión pública anfitriona, en este caso la sueca SVT, realizará la señal televisiva para todas las cadenas; TVE envía como comentaristas a José María Íñigo y Julia Varela. El concurso se celebra en el Globe Arena, un recinto multifuncional con un gran edificio esférico, en el que el escenario incluirá juegos de luces para agrandar la ilusión de capacidad. TVE transmitirá la final del sábado 14 en La 1, mientras que las semifinales del martes 10 y del jueves 12 se verán por La 2; las tres galas comenzarán en directo a las 21 horas.
Barei competirá directamente en la final, un privilegio de España en Eurovisión por ser uno de los llamados big five, los cinco países que más
fondos inyectan a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), la red de televisiones públicas del continente que organiza el certamen. Los otros cuatro grandes contribuyentes, que por tanto se clasifican también para la final, son Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido. Las cuotas son cosa seria: Rumanía, que ya tenía seleccionados canción y participante, fue excluida en abril por impago acumulado de cuotas. Su deuda asciende a 16 millones de francos suizos –la sede de la UER se halla en Ginebra–, es decir, 14,5 millones de euros.
También va siempre directo a la final el país anfitrión, en este caso Suecia, una potencia musical eurovisiva que ha ganado seis veces el certamen, una de ellas en 1974 con el disuelto grupo Abba y su tema
Waterloo. Suecia explota esa reputación, y el sábado inauguró con la UER en el Museo Abba de Estocolmo la exposición Good evening Europe!, que recorre la historia del eurofestival desde su primera edición en 1956 y exhibe trajes lucidos por algunos ganadores del concurso, como el que llevó Céline Dion cuando representó a Suiza en 1988.
Los días previos a la inauguración de esta 61.ª edición serán recordados también por el tropiezo de los organizadores al incluir la ikurriña en una lista de ejemplos de banderas prohibidas en el recinto –en la que figuraban territorios disputados como Crimea y Donetsk–, que se saldó con un cambio en la normativa. Las reglas impedían el acceso de “banderas locales, regionales o provinciales”, que a partir de ahora gozan de autorización. El festival sufrió ese revés de imagen justo después de haberse anotado un tanto al recibir la medalla Carlomagno por su contribución a conectar entre sí a los europeos.
En la búsqueda incesante por solemnizar el eurofestival, la jornada inaugural arrancó ayer de buena mañana con el izado de las banderas de los 42 países participantes, realizado por soldados de un antiguo regimiento sueco. Y la alfombra roja eurovisiva se ha consolidado ya como una pasarela de aspirantes al estrellato eurovisivo.