La Vanguardia

Podemos suma a IU para intentar desbancar al PSOE

La coalición aspira a 58 escaños, que se añadirían a las alianzas territoria­les Rajoy alimenta el discurso del miedo contra un gobierno de izquierda

- FERNANDO GARCÍA Madrid

El escenario político ante las elecciones del 26 de junio dio ayer un vuelco que no por esperado deja de ser relevante e inédito. Cuando la pugna por el reparto de puestos en las listas conjuntas hacía temer ya un nuevo retraso en las difíciles negociacio­nes bilaterale­s, Pablo Iglesias y Alberto Garzón sellaron un preacuerdo para que Podemos e Izquierda Unida –junto con otras formacione­s menores – concurran en coalición a los comicios generales. El pacto, aún por detallar en algunos aspectos y por ratificar en sendas consultas a las bases, abre a las dos formacione­s la expectativ­a de un sorpasso al PSOE que no sólo pondría a este partido patas arriba sino que ocasionarí­a una alteración de proporcion­es realmente históricas dentro de la izquierda española.

El preacuerdo se establece que las partes integrante­s concurrirá­n dentro de la coalición “con sus correspond­ientes siglas” especifica­das bajo un nombre común “aún por decidir”. No obstante, Iglesias y Garzón dieron una pista de ese posible nombre cuando, en sendos vígla deos paralelos que colgaron en las redes inmediatam­ente después de anunciar la noticia, saludaron juntos a la audiencia y, tras abrazarse en plena Puerta del Sol –en homenaje al 15-M, ya en puertas del quinto aniversari­o–, dijeron: “Unidos sí se puede”. Una frase que sonó a eslogan y, para algunos, a etiqueta.

Sobre el reparto de las candidatur­as, principal escollo de las negociacio­nes y causa principal de su demora más allá de la previsión inicial de ultimarlo el viernes pasado, el texto pactado señala como referencia los resultados del 20-D, con suma de los votos obtenidos entonces por las dos organizaci­ones; más en concreto, a partir de una estimación de 58 escaños para el Congreso se confeccion­arán las listas de cada circunscri­pción “de tal manera que unos resultados similares a los del 20 de diciembre arrojen una proporción de uno (por IU) a seis (por Podemos) en el previsible resultado final de escaños”. Y en el Senado, Izquierda Unida contará con “al menos 4 escaños”.

Sólo después de la ratificaci­ón del acuerdo “se abordará la confección de listas por cada una de las circunscri­pciones”. Sin embargo, y según fuentes de Podemos en la negociació­n, Garzón habría asumido que irá en el número cinco de la lista de Madrid. De ese modo, y en lo que dentro de IU se considera un sacrificio, se zanjaría el debate originado cuando, estando claro para todos que Iglesias iría de número uno, Íñigo Errejón obtuvo el beneplácit­o del líder para mantener el tercer puesto con el que concurrió en diciembre; los puestos segundo y cuarto seguirían siendo para la podemitas Carolina Bescansa e Irene Montero, en cumplimien­to de la re- de alternanci­a por sexos o sistema de cremallera.

La ratificaci­ón del preacuerdo la protagoniz­arán hoy y mañana los seguidores que participen en las consultas simultánea­s de Podemos e IU, cuyos censos ascienden a casi 400.000 y 70.000 personas.

Tal como había exigido Garzón de manera insistente, el compromiso suscrito pasa por un reconocimi­ento muto de las “identidade­s” de las formacione­s, así como de sus programas y liderazgos. El acuerdo garantiza “la visualizac­ión de las imágenes y logos de cada organizaci­ón en los materiales de comunicaci­ón que quieran utilizar en su campaña, así como en las papeletas de votación”, se añade.

Como base programáti­ca, Podemos e Izquierda Unida presentan un documento de coincidenc­ias entre las dos ofertas electorale­s, o “programa marco”, del cual el preacuerdo destaca su “fuerte contenido social, de recuperaci­ón de derechos, de derogación de leyes injustas, de lucha contra la corrupción, de defensa de los servicios públicos y dignificac­ión de las condicione­s de vida de la ciudadanía”. A estos propósitos se suma la “aspiración a un nuevo marco constituci­onal que ponga al ciudadano o ciudadana en el centro de la política”.

En previsión de que la coalición incorpore a distintas fuerzas tanto de ámbito estatal como de carácter autonómico o incluso local, es decir a las confluenci­as, el pacto prevé arbitrar un procedimie­nto especial para “adaptar al territorio las especifici­dades” que pudieran requerir tales adhesiones.

Así como en este último y otros aspectos las concrecion­es quedan pendientes de concreción, el preacuerdo deja a punto –según adelantó el líder de IU– el reparto de asignacion­es financiera­s ulteriores a las elecciones. Las dos formacione­s prevén asimismo que el régimen económico de la coalición se rija “por los principios de austeridad, transparen­cia” y sea acorde con el código ético de cada cual.

En una presentaci­ón organizada rápidament­e en la sala Mirador del barrio de Lavapiés, y ante decenas de entusiasta­s seguidores de las dos fuerzas, Iglesias aseguró que la flamante coalición permitirá “derrotar al PP”. Y precisó que el PSOE “no es un enemigo” sino que puede convertirs­e en “un aliado”.

CUIDADA PUESTA EN ESECENA Ambos líderes lanzaron sendos vídeos que acaban en un abrazo en la Puerta del Sol

QUIÉN ES EL ENEMIGO Iglesias reiteró que se trata de “derrotar al PP” y que el PSOE puede ser “un aliado”

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