Rivera sólo negociará con un PP renovado y sin Rajoy al frente
C’s insiste en que la nueva etapa sólo es posible desde la regeneración
“No habrá segundas oportunidades para quien no hizo nada contra la corrupción y no reformó nada cuando pudo”. Con esta tajante reflexión, expresada ayer por Albert Rivera en la ejecutiva de Ciudadanos, el líder socioliberal cerró la puerta a cualquier tipo de negociación con Mariano Rajoy tras las elecciones del 26 de junio.
No así con el Partido Popular, si este presenta un nuevo interlocutor y que esté dispuesto a impulsar un programa de reformas.
C’s convertirá el rechazo a Rajoy, al que hace responsable político del fracaso de las negociaciones para formar un gobierno de “cambio”, amén de los casos de corrupción que asolan al PP, en uno de los ejes de su campaña. Una estrategia no exenta de riesgo, ya que una parte significativa de los votantes de C’s el 20-D provenían de coordenadas ideológicas cercanas a los populares, pero que Rivera defiende sin matices.
No es sólo una cuestión personal, que también, ya que la frialdad entre los dos dirigentes es total, como quedó evidente en la celebración oficial del 2 de mayo en Madrid: se cruzaron pero evitaron el mínimo saludo, sino sobre todo por motivos de “coherencia política” y posicionamiento.
C’s quiere evitar la polarización de la campaña del 26-J entre izquierda derecha, Podemos o PP, y situar el debate en el eje “nuevo y viejo”. Una apuesta que, consideran, resulta incompatible con cualquier tipo de entente con Rajoy. Asimismo, la dirección naranja considera que su pacto con Sánchez para construir un “gran centro”, al que se podría haber sumado el PP, les ha ayudado, aún a riesgo de perder algunos diputados, a definir su perfil político y expulsarse de encima el sambenito –repetido por Podemos– de ser la “marca blanca” popular.
Ese es al menos el mensaje que estos días han recibido por parte de muchos militantes y simpatizantes del partido. Una satisfacción con el “pacto del abrazo” que contrasta con la regañina que varios dirigentes de C’s han aguantado en discretos foros de Barcelona y Madrid por haber llegado a un acuerdo con Sánchez y no Rajoy.
Uno de los temores de los estrategas centristas es perder apoyos entre su electorado más conservadores, principalmente en Madrid, donde el 20-D C’s creció a costa del PP. Pero los datos de afiliados en esta Comunidad apuntan por ahora, lo contrario: han superado los 7.000, más de los que tienen, por ejemplo, en Catalunya.
Ayer, en sus diferentes comparecencias públicas tras la reunión de la ejecutiva, Rivera verbalizó su convicción de que Rajoy es un obstáculo –“el problema no es sólo él, pero es parte del problema”– y destacó que dentro del PP –su sintonía con Pablo Casado es conocida– como en el PSOE hay personas “competentes” con las que explorar acuerdos de gobierno.
“España ha de cambiar su política y regenerar el país. No creo que Rita Barberá, Bárcenas, Rajoy o el alcalde de Granada puedan encabezar la nueva etapa de regeneración”, aseveró.
Rivera destaca que tanto en el PP como en el PSOE hay gente “competente” con la que llegar a acuerdos