La ideología importa
Que la desigualdad social es el tema central de nuestra sociedad es una evidencia que ha quedado perfectamente expresada con la irrupción de los nuevos partidos de izquierda. Pero la cuestión no es tanto constatar la evidencia como determinar qué lecciones y pistas debemos aprender y descubrir para afrontar el nuevo tiempo electoral. Desde mi punto de vista, se ha producido un hecho destacado: el fortalecimiento de los antagonismos entre izquierda y derecha. Estos últimos días, hemos tenido la constatación de que la ideología política ha sido determinante para no llegar a acuerdos de gobierno y va a serlo también en la campaña electoral para no perder votos. La idea de que hoy la gente prefiere una buena gestión de sus problemas no se ajusta con la fuerte polarización ideológica que se observa en el electorado. Tanto es así que la lucha por el relato de nuestro pasado, presente y futuro, por parte tanto de la izquierda como de la derecha española, domina cualquier análisis político de posibles pactos. La constatación del fracaso de la vía Monti en España es una prueba de la importancia que tienen las ideologías: aquí aún importan y mucho. Frente a países como Austria, donde han triunfado partidos basados en un solo objetivo, en España siguen triunfando aquellos que proyectan un sólido marco ideológico y hacen militar a los ciudadanos en el bando de la derecha o de la izquierda.
En España se impone la idea de que la causa por la que batallar no es su territorio físico, sino lo que queremos hacer, el territorio moral. De ahí que la España de las ciudades se haya convertido en un contrapoder del Estado más allá de que gobierne el PP. Dicho de otro modo, ahora más que nunca ciudades como Madrid, Valencia o Barcelona respiran ideología y se proyectan como modelos de resistencia frente al Gobierno español y el europeo.
La ideología en España no es un valor a la baja, sino un elemento determinante para decidir el futuro gobierno español. La contienda ideológica queda certificada al volver a mostrar el PP su disposición a una gran coalición de centroderecha, con el concurso del PSOE y el nuevo intento de Podemos para crear una gran plataforma de partidos de izquierda que dejen fuera a PP y Ciudadanos. En España aún suman más las diferencias ideológicas que la capacidad de llegar a acuerdos.