Mijail Baríshnikov y Cesc Gelabert bailarán juntos en Barcelona
La estrella del ballet Mijail Baríshnikov anunció ayer en rueda de prensa que está preparando una coreografía con Cesc Gelabert que le llevará a compartir escenario con el creador catalán. No es la primera vez que Barísnikov y Gelabert colaboran artísticamente: en 2003 trabajaron juntos en el espectáculo In a Landscape, en el que el bailarín de origen ruso nacido en Letonia –pero afincado en Estados Unidos– interpretó una coreografía de Gelabert con música de John Cage.
En esta ocasión, ambos artistas subirán al escenario acompañados de un piano. La base será de nuevo música minimalista norteamericana, pero de Morton Feldman. Baríshnikov espera estrenarla el próximo año en ciudades como Barcelona, Madrid y Nueva York.
El anuncio de esta colaboración lo hizo este grande de la danza de 68 años durante la presentación en los Teatros del Canal de Madrid de su último trabajo a las órdenes del maestro de escena Robert Wilson. Se trata de Letter to a man, un solo basado en los diarios de Vátslav Nizhinski que ya se ha visto en otras ciudades de Europa y Estados Unidos y que posiblemente viajará a Sudamérica.
La visión siempre “original” y “fascinante” de Wilson fue el factor clave para que Baríshnikov aceptara ponerse en la pie de Nizhinski. “No es una pieza de danza, no hay coreografía en sí, pero tiene movimiento de principio a fin”, afirmó el que fuera primer bailarín y director artístico del American Ballet Theatre antes de dar el salto a la danza moderna en los años noventa con el White Oak Dance Project.
El espectáculo se basa en el diario que el inclasificable bailarín y coreógrafo ruso escribió en 1919, esto es, en “el momento álgido en su salida del mundo real y su entrada en la locura”, como bien dijo Baríshnikov. Y refleja, añadió, la lucha mental contra la esquizofrenia de “un hombre extraordinario, su relación con Dios, con el arte y con su familia”. “Wilson pone mucha fe en el público –dijo el ahora más actor que bailarín–. Su teatro no es tradicional, corta la historia en pedazos y la ofrece al público para que cada uno cree su propia historia. Es una poética muy profunda”.
Fue en 2012 cuando ambos artistas se encontraron por primera vez para crear The old woman, en la que Baríshnikov compartía escenario con el actor Willem Dafoe. Fue en una cena privada durante aquel montaje cuando Wilson puso sobre la mesa la idea de trabajar sobre el legado de Nijinski.
Él no es el único tótem internacional con el que se codea Baríshnikov. Jan Fabre ha escrito para él una “vibrante” y “provocativa” coreografía aún por estrenar.