Tiempo de conspiraciones
Los arbitrajes a Barça y Madrid en la penúltima jornada dejan trazas de parcialidad en la resolución de la Liga
Guilherme Siqueira no se había recuperado ayer del enfado por el arbitraje del domingo en el Bernabeu. El lateral dejó un mensaje en Instagram sugiriendo que el Valencia había sido víctima de un atraco a mano armada. Sostiene el valencianismo, indignado, que Fernández Borbalán suministró oxígeno artificialmente al Real Madrid, con decisiones altamente sospechosas, para mantenerlo con vida hasta la última jornada. No resultó menos calamitosa la actuación de Clos Gómez en el Camp Nou, en este caso en detrimento de los intereses de un Barça que vio anulado un gol legal de Rakitic y escatimado un penalti a Messi. Hernán Pérez, que estuvo reivindicando la expulsión desde el minuto 4 con una desproporcionada entrada a Mascherano, no consiguió su propósito. La penúltima y decisiva jornada del campeonato se saldó con un arbitraje irrefutablemente favorable al Madrid y otro que castigó al Barcelona. ¿Casualidad o conspiración?
En el Valencia no creen en casualidades, y menos después de que el asistente levantara la bandera para notificar el claro fuera de juego de Benzema en la jugada del segundo gol blanco pero el árbitro no se diera por aludido. Y menos después de que Rodrigo fuera expulsado directamente en otro momento decisivo para el desenlace, con un Valencia crecido y un Madrid solicitando la respiración asistida. El delantero llamó “cagón” al juez de línea, la misma calificación que dedicó Cristiano Ronaldo hace dos años a un asistente en el clásico del Camp Nou, aunque el portugués fue más expresivo, insistente y añadió otras palabras malsonantes. Pero Undiano Mallenco sancionó este comportamiento con una inocua amarilla. Desde el entrenador, pasando por el director deportivo, los jugadores y los medios de Valencia, reprobaron enérgicamente el arbitraje de Fernández Borbalán. “El árbitro siempre va con el Real Madrid” o “El árbitro regala la victoria al Madrid” son titulares del rotativo Superdeporte.
En cambio no hubo quejas en Barcelona. La política del club blaugrana de no injerencia en las calamidades arbitrales es llevada hasta las últimas consecuencias. Nadie ha protestado por el penalti por mano de Gabi en el tiempo añadido del segundo partido de la eliminatoria de cuartos de la Champions entre el Atlético y el Barça. En esta jugada el equipo blaugrana hubiera podido igualar la eliminatoria y disputar la prórroga con superioridad numérica porque el centrocampista debió ser amonestado con la segunda amarilla. El árbitro, Nicola Rizzoli, admitió su equivocación y destacó la reacción blaugrana: “Los jugadores del FC Barcelona y sus dirigentes vinieron al vestuario a felicitarnos. Ninguna protesta. ‘Han merecido pasar ellos’, fue su comentario. A eso se le llama cultura deportiva. En Italia no sabemos lo que es”. Tampoco
LA ESTRATEGIA BLAUGRANA Aunque parezca una ingenuidad, el Barça no cambiará su política de no injerencia en los arbitrajes
Mateu Lahoz salió mal parado del gol que anuló incorrectamente a Messi en el último partido de la Liga 2013-14 con lo que concedió el campeonato al Atlético. No es ingenuidad, indican desde el Barça, donde no se plantea ningún cambio de estrategia.
Los apasionados de las conspiraciones más intricadas tienen un hilo en la paupérrima actuación de João Cancelo en el Bernabeu. El valencianista falló inexplicablemente un gol sin portero, regaló a Benzema la pelota del segundo gol del Madrid y terminó sustituido en el descanso. Su representante es Jorge Mendes, el agente de Cristiano, James, Pepe, Marcelo...